Un año más, y después de la lamentable y obligada interrupción a causa del Covid, afortunadamente ha podido volver a realizarse la campaña de comunicación en centros escolares de la Sierra Norte promovida por la Mancomunidad de Servicios Valle Norte del Lozoya y Ecoembes, financiada por esta última y llevada a cabo por la Asociación Roblemoreno.

En los meses de octubre y noviembre el trabajo con los pequeños y adolescentes ha vuelto a poner de manifiesto cómo, aun con sus cortas edades, nuestr@s niñ@s son plenamente conscientes de los problemas medio ambientales que tenemos y de cómo en sus manos está, sin duda, la posibilidad de generar cambios y mejoras desde luego en el futuro, pero también en el presente.
En las sesiones realizadas, se les ha comunicado la situación actual de nuestro medio ambiente y las posibles tareas a llevar a cabo para mejorarla en relación con el tema de los residuos, haciendo una incidencia especial en la reutilización, la separación, el reciclaje y la reducción, desde la gran relevancia que tiene el que ha de ser un firme intento de generar menos basura; el consumo responsable, en definitiva. Todo ello siguiendo el lema de la campaña: «Recicla más. Mejor. Siempre», y promoviendo la idea central de economía circular para la generación de nuevos recursos a partir de los residuos reciclados: “Cuando reciclas, formas parte de un mundo que no deja de girar”.

El trabajo en los centros educativos (colegios e institutos) ha supuesto un recorrido no muy extenso en el tiempo, pero sí intenso y muy profundo: desde ponencias, presentaciones de los problemas, charlas y debates con l@s alummn@s, salidas para visitar islas de contenedores en cada uno de sus municipios, análisis y recogida de datos de lo observado… hasta la realización de búsqueda y propuestas de posibles soluciones a los problemas detectados. Esto ha supuesto un trabajo individual y en grupos de toma de conciencia, reflexión y creatividad a la hora de proponer soluciones y una conexión con esta problemática, también desde lo emocional. Con la inclusión de forma explícita de esta perspectiva, se ha completado la labor que se venía haciendo en años anteriores donde, si bien ya se trabajaba desde la sensibilización, ahora se ha dado un paso más pudiendo comprender así cómo nos sentimos al tomar contacto con la situación; y, lejos de quedarse en shock o paralización ante la envergadura de lo planteado, los jóvenes han mostrado que los talleres han promovido compromiso, creatividad, motivación y ganas de poner en marcha soluciones concretas y originales. 

Éstas han ido tomando forma con la actividad que ha cerrado la campaña: un encuentro en un albergue durante un fin de semana de un grupo de chicos y chicas interesad@s en trabajar más a fondo sobre el tema, y que han asumido el reto de realizar una serie de tareas específicas en determinados municipios. Además, algun@s de ell@s pasarán a formar parte de las Comisiones de Medio Ambiente ya existentes surgidas de campañas anteriores y enriquecerán con sus aportaciones y trabajo el que ya éstas vienen realizando.

Así, hemos sido testigos de que, con profesionalidad e implicación, en relativamente poco tiempo se puede hacer un trabajo serio, intensivo y comprometido, que intenta dejar huella y poso en los que en unos años se harán cargo del cuidado de nuestro Planeta en primera línea; porque, aunque ahora estén en un lugar desde el que aparentemente puede hacerse poco, por su condición de niñ@s, en sus aulas, colegios, institutos, familias…, indudablemente ya hacen una labor encomiable y única. Con su día a día, su trabajo y su participación activa, creativa y divertida en las actividades que les fueron propuestas, están regando y cuidando las semillas que generaciones anteriores sembraron, y que cada vez se están convirtiendo en plantas más sólidas de responsabilidad, compromiso y cambio.