EL SEÑOR DEL ABRIGO Y EL SOMBRERO

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Luis Fco. Duran

Nas tardes, otra vez…

No sé, ni creo que sea, la persona idónea para escribir sobre gente tan nuestra, aunque, lo parezca por la lejanía en el tiempo, peromcomo msoy muy cabezón…lo voy hacer…

Heme aquí, creyéndome capaz de dedicar un homenaje a lo que significa para este pueblo, para nuestra Sierra en general y para todos los que disfrutamos con la Cultura Serrana y a la par Cultura Mundial…sí. No estoy exagerando ni un pelín. Que Buitrago del Lozoya tenga un Museo dedicado a Picasso es en dos palabras: La Hostia. Ya sé, que este hombre no iba a misa. ¿Pa Qué? Si pintaba como Dios, pues visto así no necesitaba sus consejos. Los de Dios, me refiero…

Bien. Para nuestra suerte, la persona que afeitaba y ocasionalmente cortaba el pelo a Pablo Picasso; Picasso estaba escuetamente dotado de pelo, estaba dotado de un ingenio inimaginable, pero de pelo… Era de este pueblo, Buitrago del Lozoya.

Este hombre Eugenio Arias, obligado por las circunstancias tuvo que escapar de España, como tanta gente. Las guerras no respetan y, por supuesto no son respetables. Son una puta mierda…

Eugenio en Francia conoció a quien sería su esposa y compañera, Simone, peluquera a la sazón, tuvieron dos hijos, Pedro y Luis.

Las circunstancias de la vida hicieron que coincidirá con Pablo en su barbería y con el tiempo fueron labrando una amistad, basada en las ideas en las que coincidían, además de su pasión por los toros y la gastronomía que recordaban de donde provenían. Algo que va en cada uno y, qué cada uno tiene una diferente. Málaga y la Sierra Norte de Madrid.

Con los años, tuvimos la enorme suerte de que Eugenio, ya disfrutando de poder estar en su país; decidiera donar a su pueblo  las obras que Pablo le había “regalado”. Todas las cosas tienen un precio. Dependiendo de lo que sientas o desees varían el precio, aunque cada uno sabe o cree, que es lo que tiene más valor. Para Eugenio el valor de lo que tenía, no era subastarlo al mejor postor. ¡NO! era dejarlo en su pueblo, donde lo pudieran disfrutar sus paisanos. Donde lo pudieran disfrutar, como disfrutaba él en su niñez. con unas Patatas Secas con Torreznos, o unas Judías Pintas, o unas Truchas pescadas a mano en el río, o unos Barbos para escabechar, unas Bogas, todas esas comidas que al calor de la lumbre le haría su madre. Recuerdos, valor, sentimiento…vida a fin de cuentas…  

Todos esos recuerdos y vivencias se las llevaría al país vecino en su viaje hacia la libertad. Al coincidir con Pablo y con el tiempo forjar esa amistad incuestionable e inquebrantable.

Muchos años de amistad sincera, de conversaciones y tertulias. Disfrutando del arte pictórico, literario, culinario y a la vez taurino que en esos años burbujeaba en Francia y sobre todo en el sur de ella, la influencia mediterránea es lo que tiene. De hecho hay un cuadro que se titula TORITOS FRITOS, en el  que Picasso pinta siete toros encima de un plato, un porrón y un vaso, con una dedicatoria. (Aquí te mando querido paco, un buen plato de toritos fritos, para que los disfrute Currito en el día de su santo, con un vaso de valdepeñas y un porrón del priorato. Para que veas que me acuerdo) este cuadro y dedicatoria la realizó el 6/2/57 y el 15/3/57 se lo regaló a su amigo Arias. El señor del  abrigo y el sombrero…

Yo he titulado este articulo así, porque la primera vez que vi a Eugenio Arias fue en El Espolón, local que desde hace treinta y dos años regento. Yo he hecho muchas cosas en esta vida, casi ninguna bien pero en algún momento lo conseguiré. Bueno pues entró Eugenio en el bar, con su abrigo, su sombrero y acompañado de Simone, su esposa, que se quedó en la entrada, mientras él se dirigía al servicio, por cierto, como tanta gente, pero. Su osadía fue tremenda. La edad es lo que tiene, libertad para decir lo que piensas sin esperar que te puedan rebatir,  Vio uno de los pirograbados que yo tenía expuestos en El Espolón, y su “felicitación” a mi esfuerzo fue – A ver si aprendes algo- Y yo me dije. – Y este prenda quien es y cómo se atreve- Es lo que tiene El Espolón, que da pa eso y cien mil cosas más, la mayoría de ellas entrañables…porque son con las que me quedo y las que de verdad importan.

A la semana ya sabía quién era y a que dedicaba el tiempo libre y lo bien que me cayó, a pesar de su escrutinio. ¡¡Gracias Eugenio!!

Pedro Arias. Digno hijo de su padre, amante de su familia. Con un corazón para dar amistad y lo que fuera menester solo más pequeño que su cuerpo, porque era el que le mantenía dentro.

A Pedro le he considerado un amigo, prácticamente desde el día que nos presentaron. Generoso a niveles insospechados casi tanto como sus conocimientos y cultura. Amante de su pueblo, al que prácticamente no conocía, pues las circunstancias no lo permitieron pero pese a ello logró inculcar a su esposa Madeleine  y a su hija Pauline y a su vez amaran esta Sierra.

Desgraciadamente un puto cáncer nos privó de su presencia demasiado deprisa. ¡Qué putada! Solo me queda recordar sus últimos días, en los que demostró una fuerza y unas ganas de vivir impresionantes. Disfrutando de sus platos preferidos, que no eran extravagancias, simplemente los platos serranos de toda la vida. Además de hacer lo posible para traer la mayor cantidad de obras para que las disfrutemos en esta su Sierra. Desgraciadamente las ganas no lo son todo. ¡¡Muchas gracias Pedro!! 

Bueno, pues ni que decir tiene, que a la Familia Arias les debemos mucho en esta Sierra. Hay algún personaje anónimo que también ha contribuido decididamente en promocionar culturalmente Buitrago y su museo. Pero hay alguien muy especial y que se merece un gran reconocimiento y ese hombre es Jaume Maymó Diviu y su esposa Marina, por su altruista y generosa contribución cultural, literaria y de expansión de la grandeza de tener a Picasso en nuestra Sierra. ¡¡Muchas gracias a los dos!!

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