Luis Fco. Durán Carretero 

Teléfono móvil. Teléfono inteligente. Ni teléfono móvil, ni inteligente, ni leches, un vago como su antecesor, pero sin cable. De hecho su vagancia se ha trasladado con él a los humanos, que desde que existe su antecesor, ni Dios escribe una carta de amistad, ni se  molesta en ver a sus amigos y, ya ni te cuento con el trasportable este. Ha conseguido que los amigos no se escriban, bueno, ni tan siquiera se hablen estando cerca…están enfrascados en el puto chisme este, amén de tenerlos controlados y rindiendo pleitesía, además de adorar a cualquier nuevo modelo que ilumine la vida y vacié el bolsillo del adepto inasequible al desaliento por esta causa vital de la vida   y con una sumisión rayada en esclavitud…penoso, pero cierto.

Este vocablo en su etimología procede prefijo «tele», del griego «????» (t?le) distancia y del sufijo «fono» del griego «????» (ph?no), de «?????» (ph?nos) que quiere decir voz o sonido.

Bueno, pues una vez aclarado de donde proviene su nombre, pasaremos a dejar claro que ninguna de sus supuestas definiciones tiene el menor sentido. Por ejemplo y principal es la de móvil. De móvil solo se puede aplicar a que se puede llevar de un sitio a otro, pero eso más que móvil es trasportable. Esa sería la definición autentica, pues yo estoy por ver a un teléfono andar por sí mismo de la mesilla al  baño o al bar de enfrente. Tampoco, y, aunque tiene localizador, te le puedes dejar en casa, llamarle y que coja un autobús él solito y aparezca donde estás. Usease, que de móvil ¡leches!

Inteligentes. Es el no va más de la tontuna. Inteligente ¿Por qué? Porque lees en él dónde está un restaurante y de paso ponerles a parir, porque no te ha gustado el precio de degustado, que no es lo mismo que “la comida”. Porque lees en él  cómo llegar a alguna calle. Que previamente tú le has puesto el país y la ciudad…todo inteligencia por su parte, como se demuestra. Porque es capaz de recordar los números de teléfono de todos tus contactos qué. Aquí me parto los morros con la carcajada. El chismecito en cuestión ha sido capaz en recopilar sin ningún tipo de ayuda y por iniciativa propia y, colocada por orden alfabético. Bueno y el sumun es que además, si lo quieres te pone una musiquita identificativa en cada contacto…Diossss, que gustazo¡¡¡¡

Porque, en un momento dado te avisa de que vas a una velocidad en la que te puede caer una multa que te cagas y, que también te va a caer la multa si descubre el agente repartidor de multas. Sin mala fe. Solo que si no lo hace, a él le crujen y para evitar males mayores, mayormente a su bolsillo, que no al tuyo, pues te cruje tu bolsillo, para que el suyo quede intacto, por llevar un aparatito que es un chivato. Un chivato, que por otro lado es un agente doble. Pues se chiva de los radares que hay y a la vez sirve para demostrar que la estás cagando. Por confiar en un chivato y…por seguir con él…que tristeza la de los compinches. 

 Según la RAE. Movilidad es la capacidad para poderse mover…

Lo que pasa es que en esta sociedad con o que no con u, que sería lo suyo, nos hemos vuelto tan universales, que con tal de creernos superiores. No sé a qué. Bueno sí. Los que nos tiene que vender estas “motos” lo hacen con una sapiencia infinita y unas ganas de quitarnos los cuartos, superiores al infinito y mucho menor de lo que le quepe en los bolsillos.

Bueno, creo que deberíamos quitarle algunas atribuciones a la tecnología. Que no ayuda. Sí. Que nos jode. También. Quiere decirse que si no estamos detrás los descendientes de los Neandertales, estos chismes no funcionan. Porqué por mucho que haya un chisme que haga un montón de funciones, si no le das al botoncito, se le ha jodido el recorrido. Ah¡¡, por cierto y espero que siga así…

P.D. Esto lo he escrito en un ordenador. Lo he escrito yo, Mal. ¡Sí! Pero lo he escrito yo, no el chisme este…que no tiene inteligencia, ni es móvil, ni se viene conmigo, ni le dejo…