Paloma López Pascual – Psicóloga
Se da la vuelta la tortilla y los partidarios de no ponerse la máscara miran mal a los que sensatamente siguen la norma de ponérsela para protegerse y también de paso protegerles a ellos. Es algo así como quién aún tiene sexo de riesgo sin preservativo, después de tener la certeza de que lo que protege del contagio seguro es el «póntelo/pónselo». Recuerdo unos adolescentes que en una dinámica de grupo me decían que sabían perfectamente la teoría pero que, cuando les surgía plan, preferían hacerlo sin condón. Ya usarían la marcha atrás, la pastilla del día después, etc., si la cosa se torcía… Así que ya usaremos el Remdesivir, los respiradores artificiales, etc., si la cosa se tuerce. O que lo usen los otros a los que se les tuerza la cosa, «porque a nosotros no nos va a pasar nada, que tampoco hay que exagerar, que siempre os ponéis en lo peor…”. ¿Qué son los más de 29.000 muertos en España y los 890.000 en el mundo por Covid, o los casi 40 millones de muertos por Sida? “No seáis tan negativos!! Que por un “quítame allá esas pajas» ya veis el vaso medio vacío y nos aguais la fiesta!!»
«Ponte la máscara», cantaba Marisol (Pepa Flores) allá por los años sesenta «porque todos llevan su disfraz», decía. Disfracémonos pues porque, como continúa la canción: «Ponte la máscara y te servirá de talismán»; de talismán, y casi de seguro de vida. Ciertamente, ponérnosla es lo que sabemos que nos protege con mayores probabilidades del posible contagio de coronavirus, y de paso de todos los agentes tóxicos que hay en el aire que se respira, sobre todo en nuestras ciudades. No hay mal que por bien no venga.
Qué lástima que no haya máscaras que nos protejan de las personas tóxicas que atacan a las emociones y que hieren la sensibilidad de los demás cuando osan negar la evidencia de todos los miles de fallecidos y millones de damnificados por esta pandemia.
Y ahora, resulta que los aburridos son los que van con el disfraz y llevan puesto el tapabocas. Y los «guays», son los que sonríen abiertamente sin él, y miran con desdén a los «pringaos» que acatan las normas por el bien de todos; incluso se atreven a decirles que llevan bozal, y que ellos no se lo piensan poner. No, claro, porque de hecho, ya lo tienen: llevan un bozal en el pensamiento, que les impide ver la realidad que por desgracia estamos viviendo, y que les atrapa en la firme convicción de negar la evidencia. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Desde el punto de vista de la Psicología es sabido que la negación es uno de los mecanismos de defensa más poderosos; pero también de los más infantiles y por lo tanto de los menos elaborados. Es como cuando jugábamos de pequeños al escondite, y creíamos que si cerrábamos los ojos, no nos iban a encontrar nunca. Qué feliz se vive en la ignorancia… Justo en eso consiste la negación. No pasa nada mientras no te la ligues y no te toque la china (Me acabo de dar cuenta de la ironía; no ha sido intencionada); venía al hilo de los juegos de niños y del funcionamiento mental infantil: hasta que no crecemos y maduramos, sentimos que el mundo es feliz y que jamás nos va a pasar nada malo… pero tarde o temprano algo de esto nos toca. Por eso crecer y madurar implica anticipar, prever, reflexionar, prevenir… en definitiva, cuidarnos; y de paso y a la vez, cuidar a los demás.
¿Dónde está el sentido común? ¿En los que salen sin máscara negando la mayor, o en los que se la ponen y parecen salir disfrazados a la calle? Elige tu opción. En esta inversión de términos, parece que el disfraz es lo que protege bastante genuinamente y quizá la trampa está en salir a cara descubierta. En lugar de negarlo, aceptemos que por desgracia nos ha tocado participar en este gran y triste baile de disfraces.
Ya lo decía Marisol en 1964, y a pesar de su niñez de entonces parece, al escuchar la letra de su canción, que era más madura que muchos de los jóvenes y adultos de la actualidad:
“No salgas a la calle sin la máscara, máscara, máscara…”.
Así terminaba la canción. Podéis escucharla en este enlace: https://youtu.be/ccmkbk2Q-yw. Aunque suena antigua y seguro que no la cantaba con la intención con la que yo la he utilizado para ilustrar mis palabras, parece estar en plena vigencia.
P.D.: Como dice otro tema suyo, muy acertadamente, la vida es una tómbola. Pero no le dejemos todo el peso al azar. En algunas situaciones, la responsabilidad de llevar más o menos papeletas para que algo nos toque, es sólo nuestra.
Me encanta el artículo y se me pasan por la cabeza muchas personas que conozco, que sin argumentos nos tachan a los «precavidos» de «manipulados». Cada vez me cansa más la negación como mecanismo de defensa, la falta de argumentos y la consparanoia. Qué fácil es ir de despreocupado por la vida cuando los demás se preocupan por su seguridad y la tuya. Lástima que la única manera de entrar en razón sea que te toque la china.
Echaba de menos un articulo como este la verdad. Coincido con negacionistas que se ponen la mascarilla?, aunque creen que nos engañan como con la politica, cuando les refieres los muertos, te responden que el mundo lo gobiernan los más ricos según les interesa y el pueblo les importa un comino (ya se sabe la retórica manida)etc. que se reúnen todos los años etc. (Del grupo Forbes) y tienes que cortar con un cambio de conversación, tenemos opiniones distintas, pero cuanto te ven, otra vez ..
En fin estoy completamente de acuerdo. Ojalá llegue a mucha gente (No he podido evitar reírm(e con la anecdota,coincidencia)
Muchas gracias por el escrito Paloma, muy acertado. Difundo, saludos
¡Muy de acuerdo!