Antonio Ruiz Heredia – Puebla de la Sierra
Siempre parto de la base -por ser absolutamente cierto- de que la red ferroviaria española constituye un recurso de primer orden no sólo para el transporte de viajeros y mercancías, sino tambien para la Defensa, la lucha contra fuegos forestales y la Protección Civil.
Los tendidos ferroviarios atraviesan espacios a veces inhóspitos, de difícil acceso por carreteras o pistas, unen y comunican poblaciones y lugares, vertebrando el territorio en definitiva y son el resultado de un gran esfuerzo, mucho trabajo y una enorme inversión, por lo que una gestión adecuada resulta imprescindible para su mantenimiento, utilización y desarrollo.
Me permito calificar el abandono, falta de mantenimiento y desmantelamiento de tendidos ferroviarios, como un delito de prevaricación continuado, por cuanto los poderes públicos resultan responsables por obra u omisión de que semejante cosa suceda y un bien que pertenece a todos los españoles, pagado mediante impuestos y caudales públicos, no puede ser tratado con desidia, desprecio y falta de planificación por funcionarios, tecnócratas y políticos, sin que tenga consecuencias, sobre todo, si hay intereses ocultos de trasfondo.
Algunos responsables, haciendo gala de una enorme falta de miras y una inexistente visión de futuro, en un atrevido alarde de supuesto “progresismo”, “generosidad” y erróneo concepto de lo que es la ecología y la protección del medio ambiente, defienden la sustitución de líneas ferroviarias, aparentemente no rentables, (cosa muy discutible, por cierto) por lo que se ha venido en denominar “Vías Verdes”, es decir: trazados para el tránsito de ciclistas, paseantes y senderistas.
La construcción de “carriles-bici” y “Vías Verdes”, es una gran idea que muchos hemos defendido durante años; tiene amplia aceptación social y su coste resulta bastante económico, siempre y cuando se lleven a cabo por lugares adecuados, solicitados por el público y que realmente lleguen a ser utilizados, cosa que raramente sucede, cuando para ello se desmantela previamente un trazado ferroviario.
Existen muchos espacios y rutas en las que se pueden crear estas infraestructuras, adecuando carreteras abandonadas, pistas en desuso o simplemente construyéndolas uniendo pueblos y ciudades, que es cuando adquieren verdadera utilidad práctica.
El ciudadano medio no es consciente del coste real para el erario público, de la puesta en funcionamiento de una Vía Verde, cuando se utiliza para ello una línea férrea. Veámoslo ahora:
A lo que nos pueda costar la creación de la infraestructura para una Vía Verde: adecuación del terreno, señalización, mapas y planos del recorrido, etc. le llamaremos “X”. a estos gastos, hay que añadir:
a/ El gasto de la planificación, en su día, de la subestructura para construir la plataforma sobre la que se apoya la superestructura ferroviaria compuesta por carriles, contracarriles, desvíos, agujas, cruces, así como terraplenes, trincheras, puentes túneles, viaductos, drenajes y pasos a nivel, etc. el resto de las instalaciones y complementos, como electrificación, señalización, edificios principales (estaciones), almacenes, etc. a lo que llamaremos “Y”.
b/ Sumemos ahora el coste del desmantelamiento de todo lo anteriormente citado, desescombro, evacuación y transporte, para sustituirlo por una Vía Verde. Llamémoslo “Z”.
Una vez hayamos conseguido todas las cifras, sumemos X+Y+Z y el resultado será el coste real de la construcción de una “Vía Verde” sobre un antiguo trazado ferroviario. La cifra puede ser astronómica.
Y yo me pregunto: ¿No es esto una autentica barbaridad?
¿Qué administración, nacional, local o autonómica será capaz de decir la verdad sobre estos elevados costes y publicarlo?
¿A quién hay que pedir responsabilidades, no sólo políticas, sino tambien penales por semejante despilfarro?
¿Se van a “ir de rositas” los responsables y autores de cosa semejante?
¿Dónde están jueces y fiscales, que deberían actuar de oficio, cuando salen a la luz este tipo de cosas?
Nuestro país tenía (y tiene aún) una fantástica red ferroviaria convencional que se puede utilizar de muchas y diferentes maneras para uso y disfrute de todos los ciudadanos, tanto para el muy necesario transporte económico de mercancías, como para trenes de cercanías, medio y largo recorrido, tranvías entre pueblos, todo ello encaminado tambien a la descongestión de carreteras y autovías; para trenes temáticos y/o turísticos, utilización de vagonetas a pedales conocidas como “desinas”, para uso igualmente turístico (que pueden ser utilizadas además por minusválidos) y muchas más cosas.
No soy partidario de las privatizaciones, sino más bien del uso público de infraestructuras y servicios que deben ser responsabilidad del Estado o las Comunidades Autónomas, pero sí que vería con buenos ojos las concesiones que se podrían hacer a empresas privadas para la explotación de tramos e incluso líneas ferroviarias enteras, de las que la administración no quiera hacerse cargo y estoy convencido de que muchas de estas empresas llegarían a hacerlas rentables.
Cualquier solución es válida y merece ser estudiada, antes que el abandono, desmantelamiento y desaparición de un tendido ferroviario convencional, que no deja de ser sino una enorme desgracia, un despilfarro y un sinsentido.
La Línea 102, “el Directo”, es un claro ejemplo de todo lo dicho, ya que pasa por muchos de nuestros pueblos serranos y nos une con la capital, con el sur, con Castilla y León y con Francia y en la actualidad se encuentra cerrada a causa de la inacción, la desidia y la incompetencia de autoridades y responsables.
Totalmente de acuerdo Antonio. El Galsinma gastó unos 300.000 euros para rehabilitar una máquina para esta vía tan serrana. Ahora es un pufo puesto que la CAM o el Estado no invirtieron para adecuar la vía y dar vigor a estas vías mas locales de esa España vaciada. Parece que «anda», la máquina, en el Museo del Ferrocarril.
También hay una iniciativa «verde» de transformar esta vía en paseo para caminantes, bicicletas y otros. Otra vuelta de tuerca con el turismo de ocio madrileño.
Ojalá el turismo del futuro se dedique a rehabilitar, restaurar, usar huertas, colmenas, caminos, y mil historias mas que sirvan para ademas de ser el lugar de tomarla relajadxs, el uso deportivo de la montaña o cualquier otro uso tengan cabida otras experiencias mas gratificantes para la humanidad.
Saludos.