Mónica Tomé, propietaria de la mercería Moth en Lozoyuela, ha puesto en marcha una iniciativa solidaria para confeccionar mascarillas para los operarios municipales, la Guardia Civil de la localidad, las residencias, los comerciantes o aquellos vecinos más expuestos que las pudieran necesitar.

El pasado viernes 13 de marzo, justo un día antes de que se decretara el estado de alarma, Mónica colgó en su mercería de Lozoyuela el cartel de “Cerrado hasta nuevo aviso”, pero «quedarse en casa no significa quedarse quieta», declara, y decidió actuar en la primera línea de esa retaguardia tan necesaria que forman hoy miles de voluntarios frente al coronavirus (COVID-19). 

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Tomó de su tienda aquellos materiales que iba a necesitar y empezó a coser mascarillas hospitalarias, unos de los bienes más escasos de estos últimos días.

Después, formó un grupo de whatsapp junto a sus amigas, Lourdes Bargueño, de Las Navas, y Charo Quijada e Inma Vera, de Lozoyuela, que, como ella, también cosen, y las reclutó para este proyecto solidario.

 «Lo primero que hice fue colgar en el grupo un tutorial con el patrón de las mascarillas y el modo de hacerlas», explica; a partir de ahí, y con las directrices que Mónica les fue dando, empezaron a coser con los materiales de la tienda.

Cuando Francisco Díaz, alcalde de Lozoyuela Navas Sieteiglesias, supo de esta iniciativa en el municipio, apoyó el proyecto con la adquisición del material necesario para hacerlo a mayor escala. 

El Ayuntamiento ha realizado una primera compra de 200 metros de goma, de los conos para coser, y de la tela necesaria, un retor de doble capa que repele el agua, y se puede lavar y desinfectar. Las mascarillas solidarias son reutilizables y, «aunque no están homologadas, se pueden usar con garantía, y siempre será mejor que no tener nada», añade Mónica. 

En este momento, son cuatro costureras operativas, y en breve se unirán dos vecinas más, en cuanto tengan más material. La distribución la realizan con el apoyo de una voluntaria y un operario municipal.