CHIMO MARCOS

Llevo unos días algo alejado de las noticias políticas, quizá harto como todo el mundo de tanta campaña electoral no confesada.  No mucho, pero no tan pegado como de costumbre. Así, pues, me encuentro en la misma sensación del que coge una pequeña enfermedad, que le aparta de su trabajo habitual, pero vuelve en unos días, y eso es lo que creo que me pasa a mí, que he vuelto.

Veo, en cambio, con una mejor perspectiva  todos los muchísimos problemas que nos acongojan en el país y que, si queremos ordenar un poco la situación convendría nombrarlos individualmente.  Empezaremos por lo que creo más preocupante: la entrada del nuevo partido VOX  que no solo es de bastante extrema derecha, sino que viene con ínfulas de mando que no son sino pruebas de machismo irredento, es decir del que cree que es lo mejor que se puede hacer, véase si no como tratan la ley (recién aparecida, no más) de defensa de la mujeres de los ataques machistas, que por más que afino mi percepción no veo en qué puede molestar a cualquiera, sea del partido político que sea.

Su machismo rampante, la xenofobia manifiesta, etc. son verdaderos adalides de lo que en España hemos ido superando y que ellos quieren borrar de un plumazo: incluyendo la desaparición de las comunidades y la vuelta al estado central. Luego hacen apología de los toros y de la caza, como si estuvieran a punto de prohibirse, que no me parecería mal, pero que veo difícil por lo arraigados que ambos movimientos están entre nuestros conciudadanos y que por ninguna parte he visto que se esté a punto de tomar partido en contra, si exceptuamos la prohibición catalana; que veremos lo que dura si el ambiente político cambia, con la presión no solo española, sino sobre todo también y muy fuerte francesa.

Pero, me asalta una duda: ¿tanta gente ha surgido de la nada para votar a VOX? Y me contesto yo solo: únicamente con la aportación de peperos que estaban en el PP porque no había otro sitio donde ellos cupieran, lo que  podría justificar el éxito de esta marca y el posible aumento que seguirá teniendo, ahora cuando se les va a dar más y mayores motivos por la izquierda aparentemente dominante. 

Hay muchos detalles que nos asustan a algunos de lo que pueden acabar haciendo estos señores si llegan al poder, directamente o a través de sus más o menos parecidos, que los hay, pero debo dedicar tiempo y espacio a la cuestión catalana.  Cuestión esta que se “ha hecho mayor” en los últimos meses, pero de forma tan ostensible que amenaza con romper barreras y llevarnos a un caos que se haría muy difícil solucionar.  El problema aquí es primero de los independentistas catalanes, no hay duda de ello, pero de inmediato se ve que la ojeriza que el PP y casi de igual fuerza la de Ciudadanos ayuda mucho a no poder salir de esta situación.  Estos dos partidos se han olvidado, sobre todo el PP, que la moción de censura, además de ser legal, es la consecuencia del comportamiento durante años de su partido, viviendo en  y de la corrupción; que habría sido de mayor interés para España y para ellos sobre todo, que se hubieran retirado a sus cuarteles de invierno, hubieran dejado pasar esta legislatura y con las filas limpias de manchados haber emprendido el que sería sin duda un buen camino para la reconquista del poder. Luego, además, no creen en que la ayuda de Ciudadanos pudiera servirles y ahora, con la situación de éstos (al borde de la desaparición) para nada, pues nada pueden aportarles. En cambio, con la ilusa alegría que les daba la situación fallida se preparaban para la gran victoria en las recientes  elecciones generales. En ellas han mejorado, pero VOX les ha quitado muchas sino todas las posibilidades de verdadero triunfo.

La derecha española, mayormente aquella /ex franquista, no deja en cambio de atacar al PSOE y exigen (llevan 6 meses haciéndolo sin éxito) que deje de  apoyarse en los independentistas catalanes con una continua lucha  y no se dan cuenta de que han llegado al paroxismo, mientras se olvidan que hubiera bastado con que le dieran apoyo y haber votado los presupuestos para haber   eliminado inmediatamente  a los catalanes de la escena, pero no pueden soportar que el partido socialista ganase tiempo aunque no fuera más que para acabar esta legislatura.  Algo que parece va a lograr este partido de todos modos con un poco de suerte si consigue ese apoyo por activa o pasiva  de los independentistas; si es que no decide continuar gobernando a base de decretos.