Los tres días de fiesta resultan siempre un éxito por la alegría y amistad que muestran tanto los vecinos como  los que acuden: el viernes a la parrillada –más de 300 personas-, el sábado a la caldereta -600 personas y 900 raciones distribuidas- en ese marco espléndido de las Eras con Peñalara al fondo y un  magnífico césped fruto de las últimas lluvias, y el domingo Misa, procesión y limonada con música y baile y la entrega de premios. Las dos noches orquestas. Hay que hacer especial mención a los DISFRACES, siempre muy buenos y cada año mejores.

Hay un grupo que con su disfraz intenta implicar a los asistentes y así el año pasado se vistieron de Niños de San Ildefonso y repartieron décimos del número que luego cantaron y por el que brindamos todos.

Este año se han vestido de tunos de la Universitatis Oteruelensis, han repartido una letra adaptada a la música de Clavelitos y durante el desfile se han parado ante la casa de don ÁNGEL CANENCIA ESPINOSA, a quien han hecho salir al balcón. Se trataba de rendir un homenaje a la persona de más edad del pueblo -93 años- y que este año era hermano mayor de la Hermandad de  Nuestra Señora del Rosario. Para don Ángel fue una sorpresa pero lo más emocionante fue que todos los allí reunidos le cantaron por ser una persona querida, entrañable, de gran memoria y mejor corazón. Totalmente conseguida la intención del disfraz.  El domingo, durante la entrega de premios, toda la plaza volvió a cantar repitiendo la letra en su honor.  

Felicidades a quienes idearon disfraz tan adecuado.