Yolanda Aguirre
Un ejemplo claro del concepto de “turismo de masas” es la concentración de visitantes en el Área Recreativa “Las Presillas”, en situaciones de máximo aforo.
El turismo de masas, tal vez no entendido conceptualmente, ha sido mal visto en los últimos años y se concibe como un sobre turismo que origina movimientos de turismofobia.
Si reflexionamos sobre el fenómeno podemos observar que el área recreativa cumple también una función social durante los meses de Julio y Agosto para toda la gente que disfruta del privilegiado entorno del río Lozoya; incluso podemos considerar que los impactos negativos son limitados ya que se trata de un producto turístico planificado y gestionado para garantizar el éxito de la oferta turística de Rascafría; sin embargo es evidente que en algunos momentos de la época estival el número de visitantes excede la carga que el área recreativa puede soportar alterando el equilibrio ambiental del río y social del municipio.
Estamos hablando de un entorno que lleva años apostando por la sostenibilidad de una zona recuperada ambientalmente para convertirla en un polo de atracción turística.
El área recreativa “Las Presillas” se desarrolló con una planificación basada en concentrar en un espacio acondicionado, controlado y con seguridad a un volumen de visitantes que en caso contrario se diseminarían a lo largo del río Lozoya, incrementando el impacto ambiental sobre el mismo.
Sin embargo, en la situación actual, creemos que el turismo en “Las Presillas” requiere una nueva planificación que restrinja algunas actuaciones incompatibles con un área declarada Parque Nacional en 2013.
Los datos de turismo para el verano de 2019 han sido buenos, un aumento del 1,7 % de llegadas de turistas internacionales y un 3,2 % de aumento del gasto individual en España.
El sector puede seguir creciendo si trabajamos en un cambio de modelo más estable que incida en la calidad del producto ofrecido antes que en la cantidad de visitantes.
Evidentemente un sector que representa casi el 12% del PIB requiere una estrecha colaboración entre iniciativas públicas y privadas y se debe hacer un esfuerzo de modernización con la implicación de las administraciones públicas en los ámbitos de su competencia como las infraestructuras.
Un problema detectado se soluciona regulando y adoptando medidas correctoras. La concentración de visitantes en un espacio y tiempo determinados también tiene beneficios en su territorio circundante y genera rentabilidad y empleabilidad.
En definitiva, el Área Recreativa de “Las Presillas” aquí analizada, siendo claramente beneficiosa para el municipio de Rascafría, ante la afluencia excesiva de visitantes en periodos muy determinados, entendemos que requiere, como hemos dicho, nueva regulación en planificación imaginativa, que lejos de prohibiciones, recupere el equilibrio y sostenibilidad necesarios en ese magnifico entorno natural.
Tarea nada fácil y que requerirá esfuerzo, pero creemos absolutamente necesaria.
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