El 16 de noviembre de 2017 se publicó el Decreto 78/2017, de 12 de septiembre, del Consejo de Gobierno, por el que se regula la instalación y utilización de desfibriladores externos fuera del ámbito sanitario. Ya entonces CCOO se dirigió al Consejero de Educación e Investigación para solicitar una partida presupuestaria que dotara a los Centros docentes no universitarios de los desfibriladores. Esta partida debía incluir asimismo su mantenimiento, las gestiones necesarias y la formación de los trabajadores y trabajadoras para aprender a utilizarlos, puesto que los centros educativos no pueden asumir esta necesidad con los presupuestos recortados.
Su instalación es una medida necesaria para garantizar la seguridad de toda la comunidad educativa. No en vano, el desfibrilador externo juega un papel fundamental para restablecer el ritmo cardíaco en los casos de parada cardiorrespiratoria debida a la fibrilación ventricular (cuando el corazón tiene actividad eléctrica pero sin efectividad mecánica) y en las taquicardias ventriculares sin pulso (cuando el bombeo sanguíneo es ineficaz). En estas situaciones, es necesaria una rápida intervención para restablecer el ritmo cardíaco efectivo eléctrica y mecánicamente.
No se entiende que siendo un instrumento tan esencial y seguro para la recuperación en situaciones de emergencia no estén ya instalados en los centros docentes no universitarios, a pesar de que la fecha límite para su puesta en funcionamiento en las escuelas era el 16 de septiembre. Tampoco se ha impartido a los trabajadores y trabajadoras la formación para poderlos utilizar en caso necesario.
Estamos ante un claro incumplimiento de la Consejería de Educación, de modo que si se produce cualquier daño por este motivo la Administración será responsable y deberá responder patrimonialmente por ello. Dado que no se depuran las responsabilidades de los altos cargos responsables, a la postre esto supone que todas y todos tendríamos que hacer frente a dicha situación.
Por todo ello, CCOO ha vuelto a exigir a la Consejería de Educación e Investigación que deje de jugar con la seguridad de la comunidad educativa madrileña y se comprometa a no actuar de manera irresponsable. Es urgente dotar de forma inmediata a los centros de desfibriladores y garantizar su mantenimiento mediante las gestiones necesarias, sin dejar de lado la formación que los trabajadores y trabajadoras necesitan para poder actuar contra la alta tasa de mortalidad por parada cardíaca que existe actualmente en la región. De no recibir respuesta, CCOO realizará denuncia ante inspección de trabajo.
Como ya indicamos en nuestras anteriores solicitudes, dada la precariedad de los presupuestos para gastos generales de los centros, estos no pueden hacerse cargo de la adquisición, instalación, mantenimiento de los desfibriladores, y tampoco puede recaer en las direcciones de los Centros la responsabilidad de la elección compra y seguros de responsabilidad civil de los desfibriladores; debería existir una partida extraordinaria para la adquisición, instalación, mantenimiento de los desfibriladores y formación de los trabajadores y los equipos directivos. Esta partida debería ser gestionada directamente por la Consejería de Educación.
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