Tiene 34 años, nació en Madrid aunque lleva viviendo 10 años en la Sierra y algún tiempo en Madarcos donde ha desarrollado este proyecto que acaba de abrir sus puertas. Es artesana, creadora de moda y complementos que confecciona a partir de cuero, retales y ropa reciclada.
Tras pasar muchos años recorriendo mercados y ferias artesanas ha decidido crear un espacio permanente para compartir con otras artesanas y artesanos y en el que también se puedan llevar a cabo iniciativas culturales como talleres, formación, actuaciones y actividades artísticas. Un espacio que nace como apuesta personal, pero que funcionará gracias a la participación de mucha gente. Un lugar para compartir.
Tiene una página abierta en facebook (Cambalache ubuntu) donde se pueden ver las actividades realizadas y la programación.

¿Qué es Cambalache Ubuntu?
Es una tienda de artesanía y un espacio cultural. La gente puede encontrar comida, bebida, ropa, complementos, productos de cuidado personal… todos elaborados de forma artesanal. No sólo son regalos, también productos para el consumo personal como alimentación y cosmética.
Y es también un espacio de creación donde desarrollar talleres, clases actuaciones, conciertos y proyectos artísticos.
También es un lugar al que cualquier persona puede acercarse solo para conocerlo, ver el local, tomarse una cerveza artesana, una infusión o un crepe, disfrutar de la música o de espectáculos, o simplemente merendar.
Abrimos los fines de semana desde el viernes por la tarde y también los festivos. Y estamos intentando tener una programación de forma continuada.
Está ubicado en una de las naves del polígono artesanal de Madarcos y ha sido elaborado con materiales reciclados y recuperados.
¿Cómo funciona?
Se trata de un espacio de venta directa entre los artesanos y los compradores. No aumentamos los precios de los productos, lo que hacemos es compartir el espacio de venta a cambio de una pequeña cuota mensual.
Igualmente se hace con los artistas, formadores y facilitadores, que a cambio de una pequeña cuota disponen de un espacio para sus actividades, talleres, ensayos, cursos…
La idea es construir un espacio abierto a la creación que se gestione desde la participación de artesanos y artistas, de las personas que forman parte de este espacio.
¿Qué significa Cambalache Ubuntu?
Cambalache hace referencia a un lugar donde puedes encontrar cosas muy diferentes entre sí, Ubuntu se refiere a la construcción de lo común. Viene a ser algo así como «Yo soy porque nosotros somos».
¿Por qué en Madarcos?
Porque es un lugar que me encanta y en el que me siento bien. La nave artesanal constituye un espacio estupendo en un entorno precioso. Y además, sus vecinos tienen una especie de espíritu cooperativo, en el que me he sentido muy acogida.
Por otra parte, en la zona norte de la Sierra no existen demasiadas propuestas como esta. Sentía que podía cubrir unas necesidades que ya existían.
Inauguraste a mediados de diciembre. ¿Cómo han sido estos primeros días?
La sensación ha sido muy buena y sorprendente. Por encima de mis expectativas. Acabo de empezar esta aventura y tiene muy buena pinta, estoy contenta. Es un proyecto que va a crecer y tener vida propia. Ya somos 11 artesanos y están llamando más para incorporarse, tanto al espacio de artesanía como al destinado a la creación y formación.
También está ayudando la Navidad, porque es muy buen sitio para las compras navideñas.
¿Has contado con ayudas para emprender este proyecto?
Me han ayudado mucho desde el Ayuntamiento de Madarcos, desde el pueblo. Y también he tenido mucha ayuda de amigos y amigas, en el asesoramiento, en la construcción física del espacio y en la fuerza y las iniciativas para que comenzase a andar. También ha habido gente que ha donado materiales, electrodomésticos… A todos estoy muy agradecida.
Y sigo abierta a la recogida de ropa usada para recuperarla en nuevas confecciones.
¿ Cuáles han sido las mayores dificultades…?
La incertidumbre de no saber si vas a poder llegar. Mucho trabajo que a veces parece inabarcable, menos mal que me han ayudado. También incertidumbre económica, hasta que he conseguido un poco de financiación, por parte de amigas y también del banco.
Y esa incertidumbre, esas dudas, todavía permanecen.
Yo las combato trabajando más. La única forma de no darle vueltas a la cabeza es estar haciendo cosas, creando mi material de artesanía y trabajando en la adecuación del espacio. He querido construir un espacio desde el arte y la belleza.