Desde Peñalabra –
por José de Villamisar
Estamos en Navidad, por lo tanto no voy a comentar el triunfo de un partido político que dicen de «extrema derecha»o «Fascista» en las elecciones andaluzas.
Tampoco voy a comentar, la reacción de Pablo Iglesias, nada más saberse el resultado de dichas elecciones. Como gran «demócrata» que es, al conocerse el resultado, en vez de analizar el porqué, hizo un llamamiento a la movilización, y a llenar las plazas y las calles, a todos los trabajadores, estudiantes, asociaciones y colectivos progresistas del país para frenar el avance de la «extrema derecha», o sea, frenar a cuatrocientos mil andaluces que no piensan como él.
No entiendo tampoco la alegría de Moreno que perdió siete escaños en relación con los anteriores comicios, si llega a ganar no sé lo que haría.
Con los resultados de las elecciones andaluzas, se vislumbra un gobierno de perdedores, igual que en Madrid a nivel estatal, gana Rajoy y gobierna Sánchez, en Andalucía gana Susana y todo apunta a que gobernará Moreno, todo legal pero falta un poco de legitimidad.
Hoy en día los políticos tienen todo acaparado, me recuerdo todavía, que hace dos años, Dani, otros muchos niños y un servidor, tuvimos que sufrir, bajo un clima infernal, el comienzo de la Cabalgata de Reyes, que se retrasó tres cuartos de hora, debido a la impuntualidad del Sr. Alcalde, que para colmo nos lanzó un discurso como si fuera el último de una campaña electoral.
Estamos en Navidad, después de una larga campaña pre-navideña, que acabará cuando sus Majestades los Reyes recojan sus campamentos y se vayan a Oriente.
Yo, que ya voy teniendo años, recuerdo aquellos días lejanos de mi niñez con nostalgia, cuando por razones obvias no existía Papá Noel, ni duraba tanto la Navidad, ni había abetos adornados, ni ciudades iluminadas, había sin embargo algún que otro nacimiento que anunciaba la llegada de un Niño que habría de cambiar la historia de la humanidad.
Los niños tampoco teníamos los grandes regalos que tienen ahora, pero puedo decirles que teníamos la misma ilusión, recuerdo la fascinación que me produjo ver por primera vez un nacimiento, fue en la Grande Obra de Atocha fue fascinante.
Nunca creí que los Reyes Magos volviesen a despertar en mí la niñez y la ilusión de aquellos años. Pero…, hace exactamente siete años apareció en mi vida un niño llamado Daniel, que me volvió a aquella etapa inocente y que año tras año, los dos juntos vamos a esperar a los Reyes Magos, pasamos frio, mucho frio, recogemos caramelos, muchos caramelos, hasta llenar una bolsa grande, que la llevamos para casa con mucha ilusión, les confieso que la mía supera a la de Dani. Cuando los Reyes se retiran, ya tarde, Dani y un servidor también nos retiramos a cenar y a esperar muy nerviosos hasta la madrugada, en que un ruido fuerte y espontáneo anuncia que los Reyes han dejado en la terraza, regalos, muchos regalos, aquello señores es el delirio
Este año nos acompañarán en este emocionante trabajo, Magdalena y Carmen, dos niñas que llegaron a Belén más tarde que Daniel y que será el primer año en que participaremos los cuatro en esta maravillosa fiesta que me devolvió a mi la ilusión que tienen los niños por Navidad.
¡Feliz Año a Todos!, menos a los corruptos