La Asociación de Vecinos de Oteruelo del Valle se ha convertido en un elemento vertebrador de este pueblo; defendiendo sus derechos y creando cauces de comunicación. Hablamos con Rosa Canencia y Mario Martín.

¿Por qué surge la Asociación?

En 1973 Oteruelo se unía a Rascafría. Era un tipo de unión que fomentaba la ley de administración local. Aquí no había nadie que quisiera continuar con el ayuntamiento. En 1989 un buen numero de vecinos firman un escrito donde denunciábamos que no se estaba cumpliendo el acuerdo de anexión. A partir de 1992, por un problema puntual, pero no él realmente importante como se constató que ha habido muchos temas de tratar. Un grupo de vecinos decidimos formar la asociación, porque unidos se nos abrían más puertas y hacíamos más fuerza, no sólo del ayuntamiento de Rascafría, que siempre lo ha estado, unas veces más que otras, pero sobre todo ante organismos en Madrid.

Empezábamos presentando escritos, con muchas firmas, pero nos aconsejaron organizarnos en la asociación que se concreto en 1993.

¿Qué temas les movió?

El primero de los temas fue el acceso a Oteruelo. En ese momento se estaba ampliando la carretera M-604, y no estaban previsto un carril de incorporación hacia Rascafría.

Otro tema, fue que en el antiguo edificio de la cámara agraria se instaló una fabrica de patatas fritas en terreno urbano, no tenían permisos. Fue una lucha que conseguimos ganar.

Otro hito en los primeros ocho años de la asociación, fue el intento del ayuntamiento, de recalificar las Eras para hacer pequeños talleres artesanales, con viviendas en la parte de arriba. Sin avisar a nadie. Nosotros fuimos a la consejería correspondiente, y fue un momento donde vimos la importancia de estar asociados. Creían que todo el pueblo lo apoyaba, demostramos que no era verdad, y desmontamos los argumentos falsos de cara a los vecinos. En ese momento vimos que sí cuando se redactaron en los ochenta las normas subsidiarias no habrían sido tan perjudiciales para Oteruelo.

¿Una de sus creaciones fue la Escuela de Verano?

La Escuela duró 17 años. Esto permitió que la gente se conociera. Qué se abriera las puertas de las casas a todo el mundo. Cómo decidía mi tías yo podía entrar en todas las cocinas de Oteruelo. Esto no pasaba con la gente que venía de fuera, y alquilaba o compraba casa. La escuela de verano sirvió para cortar las endogamías. Niños y niñas de Oteruelo, de Rascafría y Madrid compartieron espacio. Gracias al trabajo de Marisa Guerra pudimos tener clases de dibujo, marquetería, teatro, grabado, ornitología (el parque natural de Peñalara se implicó).

Devolvisteis a Luis Feito a Oteruelo

La Asociación fue clave en el homenaje a Luis Feito del año 2002.  Entonces surgió la Asociación Pintor Luis Feito, con el inicio de la Colección Gráfica Oteruelo del Valle como donación del artista y que preside Marisa Guerra.

¿Qué os anima a seguir con la Asociación?

La necesidad de tenerla. Hay que luchar mucho por Oteruelo. Primero, seguir teniendo una puerta abierta ante las instituciones. El Plan General en tiempo de Yolanda Aguirre, por lo que afectaba a  Oteruelo.

Lo último, la lucha por el agua, por estar presente en las reuniones que decidían el Plan de Inversiones Regionales., que convocó la anterior alcalde Beatriz Aguirre. En la primera estuvimos yo, con otro socio, en la segunda, en Rascafria había 5 personas de Oteruelo y dos de Rascafría. 

Tras la moción de censura, el nuevo equipo de gpbierno, hizo sus propios proyectos. Tenemos aprobado el proyecto del Museo Luis Feito, por el que veníamos peleando desde hace más de una década, que supondrán puestos de trabajo. 

Hemos conseguido una cantidad razonable del PIR para arreglar las mismas calles y aceras que hace más de 40 años

¿Habrá relevo generacional?

Somos más de 66 asociados. Hay relevo. Es un reto. El pregón de Hector en las fiestas agradeció el trabajo de la asociación. Y cuando acabo me dijo, Ahora nosotros cogemos el relevo. El mayor fruto de la escuela de verano, es que gente muy dispar, de colegios muy distintos, de muchas, hoy son chicos de 30 años y son amigos. Quedan aquí, en Madrid…y son amigos de verdad.

¿Qué echáis de menos?

Hecho de menos tenía que ser un pueblo más cuidado, muy bonito, con un urbanismo distinto al de Rascafría. Esta dejado. Por eso tengo esperanza en el nuevo PIR. Además de unas buenas conducciones de agua, con el cableado eléctrico soterrado. 

Las alturas de las construcciones hacen daño. Habría que cambiar el tema de los pajares que tenemos cerrados. 

Hay que permitir una cierta altura. Es un pueblo que podía ser más joya de lo que es, si no se hacen urbanismo.

Los pajares en abanico que no se podían tocar, que al final se ha permitido hacer unas pequeñas reformas que los hagan habitables.

El Plan Urbano de Rascafría fue un proyecto piloto para evitar las barbaridades que se han hecho en el otro lado de la montaña. Tenemos que trabajar para que las normas subsidiarias de los ochenta, se cambien en un plan urbanístico del siglo XXI.

No todo ha sido buenas noticias

Sí, el problema de la construcción de la EBAR, seguimos creyendo que fue una tomadura de pelo montarla en Oteruelo. No pudimos impedirlo a pesar de nuestros esfuerzos. 

En el tema del agua, había diferentes postura dentro de la asociación, pero tuvimos que luchar por estar presente en las mesas del agua, aunque no querían que estuviéramos.

Trajimos expertos que hablarán también en nombre del Canal de los perjuicios de romper el convenio.

¿Os habéis movido también con el Parque Nacional?

Hemos presentado alegaciones al PRUG del Parque Nacional, muy trabajadas por técnicos con dos cosas especialmente. Las reivindicaciones de los ganaderos. La recuperación del hotel, del parador de El Paular.

Nos dicen que por ser un edificio antiguo no se podía rehabilitar, pero son puestos de trabajo, cuando si lo hay en la vertiente segoviana. No hay una buena oferta hotelera.

En una reunión del año pasado, sobre el parque se dijo que a los propietarios de los cotos de caza se les iba a pagar una cantidad por el lucro cesante. Las dos asociaciones pensamos que el lucro cesante también era para los vecinos propietarios de terreno, que no van a poder construir.  Lo hemos pedido. A un particular se le pago por un terreno de Rascafría a Peñalara.

Otros asuntos abordados en estos 25 años:

Escrito firmado por los vecinos y presentado como alegación a la recalificación de las Eras que pretendía don José Antonio Velasco consiguiendo que no fuera aprobada. 

Recurso ante el Tribunal Económico-Adminsitrativo Regional y después ante el Central por haber asignado a Oteruelo del  Valle un único tramo impositivo para todo el  casco urbano, el más caro de la valoración catastral y que se había aplicado en Rascafría solo a la plaza y su entorno. Presentamos 112 referencias catastrales, además de hablar en  Madrid con los técnicos que lo habían redactado.

Escritos de reclamación ante el ayuntamiento y ante el Canal de Isabel II por la falta de presión que deja sin agua a Oteruelo debido al mal estado de la tuberías.

Alegaciones al proyecto de Plan urbanístico presentado por doña Yolanda Aguiire que no llegó a aprobarse.

Escuela de Verano durante diecisiete años bajo la dirección de Marisa Guerra.-  

Protestas y escritos por la inadecuada instalación de la EBAR a menos de cien metros de las plazas del pueblo y sin    respetar la zona de policía de cien metros en la rivera del Lozoya.

Denuncia ante la Consejería de Transportes del peligro que supone atravesar la C-604 y que hoy continúa aunque al menos se ha  señalizado que se vaya a 70 y 50 kms./hora.

Vocal en el consejo del Galsinma durante ocho años.

Se pueden calcular en más de doscientos los escritos presentados ante el ayuntamiento, diversas consejerías, Defensor del Pueblo, Agencia Catastral y diferentes organismos.