Miguel Ángel Granado
(Dedicado a Álvaro, compañero de SEO, que siempre me ha ayudado mucho en la relación con la organización)
Ahora que los días se acortan y llega la estación de los colores, grandes bandos de aves procedentes del norte de Europa recalan en nuestra península. Las hay de muchos tipos; indudablemente las que llaman más la atención son las más grandes: grullas y ánsares llenan nuestros cielos y nos anuncian la proximidad de los meses fríos. En el número de marzo de 2017 escribí sobre los gansos
https://www.sendanorte.es/secciones/naturaleza/3707-aves-de-la-sierra-norte-los-gansos
Para este mes de noviembre, recupero el escrito que se publicó hace más de 4 años sobre las grullas, reescribiendo algunas palabras. Fue mi tercer texto y aún no se subían a la edición digital de este periódico. Dar las gracias una vez más a Ángel, por hacer posible que pueda difundir artículos sobre nuestras queridas aves. Pues bien, vamos con las viajeras del norte, uno de los emblemas del otoño:
AVES DE LA SIERRA NORTE. LA GRULLA COMÚN
El día comenzó nublado; parece que el verano llega a su fin y el otoño se acerca. Mientras caminamos, escuchamos un sonido que viene del cielo, un trompeteo lejano y estridente; miramos hacia arriba y observamos una bandada de grandes aves que vuelan formando una V, que continuamente modifican y se disponen en formación diagonal; cuerpos en cruz, con largas extremidades y cuello, más largos que los de las cigüeñas, reclaman constantemente mientras vuelan; no hay duda: se trata de grullas.
Son viajeras incansables que recorren grandes distancias, miles de kilómetros desde sus lugares de cría al norte de Europa, América y Asia. Constituyen por sí mismas una sola familia entre las aves: los grúidos o Gruidae. Algunas especies como la Grulla damisela, cruzan la cadena montañosa del Himalaya al realizar sus migraciones, surcando el aire a más de 7000 metros de altitud, lo cual exige gran esfuerzo y capacidad para el vuelo.
La Grulla común (Grus grus) es un ave zancuda grande; el pico es de tamaño medio y en forma de daga, lo utiliza para capturar a sus presas que suelen ser insectos, pequeños anfibios o aves. Pero sobre todo se alimenta de semillas, bayas, frutos y brotes herbáceos. Su manera de comer se asemeja a un miope: acercan mucho la cabeza al suelo y picotean pausadamente. España es el país de Europa que cuenta con un mayor número de grullas durante los meses fríos. El motivo lo encontramos en un fruto presente mayoritariamente en las dehesas andaluzas y extremeñas: la bellota. Es un alimento de alto contenido energético y constituye el ingrediente fundamental en la dieta de esta especie durante el invierno.
De silueta estilizada y con un modo de caminar elegante, en su coloración predomina el gris ceniza que se oscurece en el extremo de las alas. Los individuos adultos poseen una agrupación de plumas colgantes que parecen la cola aunque en realidad son de las alas, las rémiges terciarias, que se han modificado y se alargan, confiriéndoles esa similitud. El cuello y la cara son negros con una franja blanca que llega hasta la parte posterior de la cabeza; en ésta destacan el ojo y capirote rojos. Los jóvenes son de color pardo y no poseen aún ese diseño cefálico. Las grullas realizan un espectacular ritual de cortejo. Se concentran en pequeños grupos y el macho se exhibe frente a la hembra con saltos acrobáticos mientras emite un canto característico, lo que se conoce como la danza de las grullas. Después, la pareja se retira a un lugar apartado para copular. Crían en terrenos pantanosos, ciénagas. Tienen una única puesta anual de dos huevos. Se emparejan de por vida, son fieles a un mismo individuo.
En las culturas orientales, son muy veneradas; en China representan la longevidad. En Japón existen las grullas de Origami, cuyo origen es del SXX: una niña enferma por la radiación de la bomba atómica de Hiroshima, siguió el consejo de una enfermera, que le dijo que si hacía mil tsurus (grullas) de papel, se salvaría. Aunque la pequeña construyó más de seiscientas, finalmente murió pero quedó su esfuerzo. Allí se dice que si tienes un deseo y construyes mil grullas, los dioses te lo concederán. Muy arraigadas ancestralmente, ya que representan la paz, felicidad y la protección a la familia y a los enfermos.
En invierno, recibimos en España unas 150.000 grullas que huyen de los rigores climáticos de las latitudes norteñas. Llegan a mediados de octubre y permanecen hasta primeros de marzo, momento en el cual retornarán hacia Escandinavia, los países Bálticos y algunos puntos de Rusia, realizando la migración prenupcial. Permanecen congregadas casi toda su vida y son muy cautelosas; al atardecer dejan los campos y pernoctan en zonas de agua, lo cual les protege de los predadores. Sus principales amenazas se encuentran en la agricultura intensiva con implantación de regadíos y, en la persecución directa por parte de los agricultores, a causa de los daños que producen en los cultivos. La Grulla común aparece en el Libro Rojo de las Aves de España, catalogada con la figura «De especial interés» como invernante y extinguida como reproductora. Quizás algún día vuelvan a criar en nuestro país, como lo hicieron hasta mediados del SXX.
Sé el primero en comentar sobre "VIAJERAS DEL NORTE – LA GRULLA COMÚN"