Luis Fco. Durán Carretero
Esto es lo que tiene este invento maravilloso, para lo bueno y sobre todo para lo malo. Internet, es capaz de hacer que alguien como yo que no tiene ni idea de cómo funciona esto, cuando digo que no sé cómo funciona, es que no soy capaz de imaginar la cantidad de componentes que este invento desarrolla para alcanzar el mundo terráqueo y alrededores escriba en una «pagina» de Facebook y lo lean entre quince y veinte personas a la vez. ¡Alá…que escándalo! Alguien como yo que de pequeñito buscaba detrás de la radio a los hombrecillos y mujercillas que hablaban y que me parecía imposible que cupieran todos en el telefunken de mis padres. Quien me iba a decir a mí que sería capaz que semejante número de personas leyeran lo que escribo y, ¡a la ved!…impresionante.
Bueno pues estas cosas que estoy contando, completamente verídicas, si os cuento lo de la televisión y sus personajillos, pa mondarse, pero, en otra ocasión, porque pa mondarse hay más cosas, yo tenía un amigo que empezó con un padrastro y se mondó entero…cosas que pasan.
Bien, este invento de internet permite inverosímilmente de creer, que haya una cantidad de tarugos que se permiten el lujo de ofender, vilipendiar e injuriar o enaltecer e incluso santificar, dependiendo de donde venga el aire, a otra gente porque se lo permite la cara oculta de internet.
La gran mentira de este invento es, que sirve para comunicarnos inmediatamente, bueno eso era para lo que se suponía que iba a servir. Pero lo que en verdad es un gallinero a nivel mundial, en el que todos cacarean de otro con o sin fundamento y con mucha impunidad.
En estos cacareos hay muchos pollos que no saben que gallo pisó a su madre y, así pasa, que están alicortados, y como su única defensa es piarlas y llenarlo todo de gallinazas, mierda, para los no versados. Pues se meten en internet, sacan la pluma de escribir, gracias al corrector y se dedican a picotear y joder, que no ha disfrutar a diestro y siniestro.
Qué tiempos aquellos en los que para escribir bien te ponían un cuaderno de ortografía, unos dictados y otro de «cuentas» para saber sumar y restar, multiplicar y dividir y no te compraban un teléfono móvil, para que hiciera estas cosas por ti…porque desde aquí se pasa a internet sin pasar por la tanga, la comba o el rescatao…se pasa al gallinero, sin amigos de juegos callejeros, pero con videoconsola. Sin calle, pero con whatsapp para hablar con los «amigos» por internet. Antes podías putear a alguien no dejándole jugar contigo o con tus amigos, pero eso duraba un telediario o menos. Ahora con este invento el puteo llega al extremo de que haya víctimas mortales, que consentimos en esta «sociedad» tan adelantada y tan moderna y tan inteligentemente desestructurada, para que todo sea un sinsentido consentido y alabado…pero como tenemos internet…pues Viva la Virgen.
¡Qué asquito de gallinero!!!
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