El 22 de junio los muros del cementerio de Torrelaguna volvieron a convocar a un acto de homenaje a las personas que fueron fusiladas de forma sumaria tras acabar la Guerra Civil, junto a esos muros, y cuyos cuerpos fueron enterrados en una fosa común a pocos metros.
La Asamblea Local de IU volvió a convocar a vecinos, familiares y amigos para reivindicar su memoria y, pedir al Ayuntamiento de Torrelaguna (gobernado por el PSOE) la colocación de una placa con sus nombres.
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Una labor de investigación ha permitido recuperar los nombres, las ocupaciones y las filiaciones de los muertos, gracias al autor de La Sierra Convulsa, Roberto Fernandez. Jornaleros, maestros, relojeros, campesinos, chofer, telegrafista, yesero…
Uno de los momentos más emocionantes de la tarde, fue cuando Encarnación Gil y, su marido Enrique, hicieron una ofrenda floral ante los muros donde hace 79 años fue fusilado, Rogelio Gil Figueroa, telegrafista de profesión.
En el acto organizado por la Asamblea local de IU Torrelaguna, participaron el PCE, de la CNT Sierra Norte, las marchas de la Dignidad, CCOO, UGT y el Foro por la Memoria Comunidad de Madrid y la CNT; quienes en sus intervenciones reivindicaron la memoria de estas personas y de aquellos que sufrieron la represión del franquismo.
Varios vecinos leyeron los nombres e historias de los fusilados.
En Torrelaguna, no aspiran a que les paguen la placa, simplemente que les dejen ponerla. Entre los miembros de la Asamblea Local de IU que promueven está iniciativa no tienen familiares en la relación de fusilados junto a las tapias del cementerio.
A pocos metros, de donde se situaría, hay un monolito que recoge los nombres de los muertos que hubo durante la República y durante la Guerra Civil del otro bando ideológico, levantado durante el franquismo. Según los organizadores de este acto, no piden su retirada, respetan a los que van a recordar a sus familiares recogidos en esa piedra.