El 14 de abril en el aniversario de la proclamación de la II República los Barracones de Bustarviejo vivieron una jornada especial. Familiares de los presos que estuvieron en este aislado lugar, agrupaciones socialistas de la Sierra y partidarios de la República se unieron para recordar tanto a los presos como a sus familiares que habitaron en chozas en los alrededores.
El Destacamento Penal de Bustarviejo ocupó, entre 1944 y 1952, a una media anual de un centenar de presos que trabajaron en la construcción de 9 kilómetros de la vía ferroviaria Madrid-Burgos.
Además de los casi mil presos políticos que habitaron el penal, las laderas que lo rodean fueron el hogar de sus familiares, quienes levantaron alrededor del complejo en torno a 45 chabolas de dos por dos metros.
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«Tenemos la fortuna de conocer a algunos hijos de presos que allí vivieron en su infancia y cuyo testimonio y memoria es un extraordinario e inigualable documento oral de esa experiencia vital», explicaba en la visita José Carlos González, presidente de la Asociación de Memoria Histórica Los Barracones. Así se colocaba una modesta placa que recordaba aquellas personas.
Teófilo Sánchez, nacido en 1938, estuvo viviendo sus primeros años junto a estos barracones hasta que su padre fue liberado.
El alcalde de Bustarviejo, Raúl San Juan, afirmaba que se trata de un homenaje «por lo que pasó y por la deuda que tenemos por las personas que se dejaron la piel y la vida por defender la República».
Los presos de estos penales eran los «privilegiados» de la dictadura, porque «se habían portado bien» en las cárceles y, de alguna forma, «habían abrazado al régimen» sin dejar de ser «presos políticos», por lo que eran trasladados a estos campos de trabajos forzados.
Pero para obtener la «indulgencia» ofrecida por el programa de Redención de Penas por el Trabajo, había que cumplir numerosos requisitos: pena dictada, buena conducta, examen de religión, certificados médicos de vacunación y juramento de no haber pertenecido a la Masonería.
El Destacamento de Bustarviejo se trata de uno de los pocos edificios visitables de este género en España «que demuestran de forma palpable las crueles condiciones de represión y sometimiento físico a las que eran condenados los reclusos».
La Asociación de Memoria Histórica Los Barracones se creó en enero de 2016 para «visibilizar, promocionar y hacer un espacio público del patrimonio histórico y cultural de primer orden que constituye el Destacamento penal franquista ubicado en la localidad».
Desde entonces, ha acogido por el enclave a más de mil personas al año en las visitas guiadas y gratuitas que lleva a cabo el primer sábado de mes, y, con la ayuda de los 120.000 euros que la Asociación consiguió dentro de la Ley de memoria histórica, ha rehabilitado dos módulos del Destacamento.
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