Es una tradición ya despedir el mes en la fiesta de El Pero de La Hiruela. Este año, las circunstancias climatológicas han marcado la fiesta, aunque no la afluencia de gente. Las heladas de la primavera impidieron que los árboles frutales pudieran dar sus frutos: manzanas, peros, peras, nueces… Por eso este año ha sido la fiesta del Pero sin peros. Además, el 28 de octubre, fiel a este otoño que parece verano por las altas temperaturas, propicio un día soleado apto para el paseo y el encuentro por las calles y senda de La Hiruela. El día fue inaugurado por el alcalde del municipio, Ignacio Merino, y el viceconsejero de Medio Ambiente Pablo Altozano.
La Fiesta del Pero llenó calles, plazas y caminos de gente que deseaba conocer este pueblo.
Y sus artesanos El Pan del Hayuco de Montejo, los ahumados de Madarcos, el vino Bardela de Venturada, la cerveza Monasterio de Valdemorillo; los aceites y sales de Navalafuente; así como las crepes, la sidra artesanal, los puestos de artesanía.

Una tradición en La Hiruela son las migas y los ostias (rodajas de manzana rebozada en huevo) que se sirven al mediodía.
El espectáculo lo pusieron las aves rapaces; los paseos en burro, la charanga y el baile de los Repiques Serranos. Las sendas guiadas por el equipo técnico de la reserva de la Biosfera Sierra del Rincón tuvieron llenos completos en sus recorridos hasta el Molino.
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