Este año se ha celebrado la décima edición de Madarcos Ayer y hoy. 10 años donde se ha ido construyendo una jornada basada en el trabajo de todos los vecinos: de los más jóvenes y de los más mayores; una implicación vecinal que une a madarqueños (de nacimiento o de adopción) sin importar su edad o su origen geográfico.
Y eso se nota en una jornada de Música y Tradiciones, donde a la música y danzas tradicionales castellanas de Repiques Serranos (Sierra del Rincón): se unen los sonidos y bailes de Euskadi, con el grupo Erreskan; o la música popular, pero más moderna de la Banda Crebinsky venida de Galicia.
Y como no, los puestos de artesanía de comida, de regalos y los productos de huerta; muchos de la sierra, pero también venidos de otros lugares de la geografía ibérica.
Madarcos multiplicó su población. Durante todo el día, hubo un reguero de personas que recorrían sus calles desde el bar de La Fragua, hasta las naves artesanales, donde se instaló un bar, junto al Ahumadero de Madarcos, y donde se sirvieron más de 400 platos de la caldereta.
Y como punto central, la plaza, con sus conciertos, sus talleres, sus demostraciones en vivo.
Además, se vendieron las rosquillas y pestiños elaborados por las vecinas del pueblo, según su receta tradicional, se elaboraron garrotas, se expusieron las tallas de madera de Ricardo Castillo…
Otro momento mágico que se vivió, cuando el sol caía en el horizonte de la Sierra de Guadarrama, fue la suelta de un Cárabo (Strix aluco) a iniciativa de la Seo Sierra Norte (con motivo del día Mundial de las aves), cuidada hasta el momento por Brinzal (Centro de recuperación de rapaces nocturnas). Tras las explicaciones de Alberto, representante de este Centro, Natalia, una de las voluntarias de la Seo, soltó al Cárabo que se perdió entre los arboles de la dehesa.
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