El Área de Riosequillo no abrirá este verano después de que el Canal de Isabel II haya detectado una serie de deficiencias estructurales que impiden su puesta en marcha. La empresa de aguas madrileña ha tomado esta decisión para «garantizar la seguridad de los bañistas» y «lamenta las molestias ocasionadas a los vecinos».
Su reparación está, según fuentes del Canal, pendiente de elaborar un presupuesto completo sobre los elementos a reparar, sin especificar cúal es el problema concreto que presenta el vaso recreativo.
El cierre de esta instalación, la más grande de la Comunidad de Madrid, supone una importante pérdida en la oferta de ocio de la región. Con una superficie de 4.500 metros cuadrados, tiene un aforo para 2.000 personas. Según datos de la Comunidad de Madrid, en los últimos años ha acogido una media de más de 47.000 personas durante los dos meses que permanecía abierta.
El año pasado estrenó una zona para jugar al fútbol sala y baloncesto, un circuito con diez aparatos biosaludables y más zonas de descanso o lectura.

Incompetencia del Canal

La decisión de cerrar por motivo de seguridad las piscinas de Riosequillo es adecuada. No se puede abrir una instalación tan demanda con riesgos para los usuarios.
Sin embargo, esa decisión adecuada, esconde una mala gestión, una dejadez en el mantenimiento de unas instalaciones que es responsabilidad del Canal de Isabel II.
Los responsables del Canal debían haber previsto con antelación el mantenimiento de las instalaciones y el arreglo de lo que correspondiera. De septiembre a junio había tiempo para solventar las deficiencias que se habían detectado y, no esperar al último momento.
Tanto si el problema son las depuradoras o las paredes de las piscinas ha habido tiempo para su reparación.
Usuarios de las instalaciones habían detectado en los últimos tiempos años una bajada en la calidad y mantenimiento de las instalaciones.

¿Y donde bañarnos?
Y esas miles de personas ¿dónde se bañaran?
El año pasado se limitó el acceso a la Pedriza y se prohibió el acceso a las zonas de baño; eso incremento la afluencia a las Presillas de Rascafría; con los problemas de atasco y de salubridad. De hecho, este año se ha reducido el número de vehículos que accedían al parking; con lo que muchas personas dejan sus vehículos en los arcenes, para mayor riesgo.
En la Sierra Norte, no existe otro lugar donde bañarse de forma legal, salvo las pequeñas piscinas municipales. Hay que recordar que está prohibido bañarse en los embalses de nuestra zona y en los rios, aunque muchos lo hagan. Este año habrá más casos, aunque se arriesguen a multas impuestas por la empresa de seguridad contratada por el Canal. ¿Una nueva forma de recaudar?

Indignación en la Sierra
Este cierre no sólo afecta a los vecinos de Buitrago, que no tienen piscina municipal. No la necesitaban con Riosequillo. Vecinos y visitantes de otros municipios se quedan sin una buena opción.

NO es el primer cierre

A lo largo de los 20 años de existencia de Senda Norte no es la primera vez que asistimos al cierre de las instalaciones de Riosequillos.
Recuperamos esos cierres en un documento que os podéis descargar. El último duro dos años.