Fran Sueiro
LOVA 56 es el nombre de la compañía formada por chicas y chicos del colegio de Torremocha del Jarama, del C.R.A El Vellón. Están haciendo una ópera que estrenarán el 9 de Junio en el Centro Cultural del pueblo. Son de quinto y sexto así que tienen 10 y 11 años. Me reciben un día que están trabajando en su proyecto y como en cualquier compañía, hay directoras, regidoras, guionistas, encargadas del decorado y la iluminación, actrices, músicos y relaciones públicas. Mientras trabajan, me van contando lo que hacen, sus emociones, lo que han aprendido.
Y salgo del colegio pensando que, en estos días con tanta niebla, todavía podemos contar cosas bonitas. Que aún hay gente que cree en el futuro y trabaja en consecuencia. Por eso quiero darles las gracias a los chicos y a las chicas de este cole y a sus profesores, porque noticias, entrevistas como ésta, hacen que nuestro trabajo cobre sentido.
Podéis seguirlos y compartir su emoción en lova56.blogspot.com
Entro en el cole y enseguida me recibe Luis. Es el relaciones públicas y el que se ha encargado de llamarme y contarme el proyecto de su clase. También ha llamado a otros medios como Telemadrid o El País, así que ya tiene cierta experiencia en el trato con periodistas. Me acompaña todo el rato, presentándome a sus compañeras y compañeros, guiándome y explicándome. Comparte su tarea de relaciones con su compañero Andrés. En este rato también me cuenta que es el encargado de hacer carteles, de reservar el Centro Cultural, de mandar cartas a los medios… También está preocupado por la financiación de la Ópera. «Utilizamos muchos medios del cole, pero también estamos pensando en fabricar chapas para vender».
Habla en plural porque uno de los ejes es la asamblea. Todas y todos aportan ideas, son responsables del proyecto, se responsabilizan en la toma de decisiones y crecen participando de lo común.
Hablo con Ariadna y Silvia. Son las directoras y regidoras de la ópera. Me cuentan que trabajan en este proyecto desde principio de curso. Ellas se encargan de coordinar a los grupos, de que todo funcione. También tratan de resolver conflictos que van surgiendo. Están un poco nerviosas porque no saben si llegarán a tiempo al estreno. » Estamos trabajando todavía en el primer acto y aún no sabemos el título» Está previsto que la opera dure entre 30 y 45 minutos y que tenga tres actos.
Conozco luego a Guille y Helena. Se ocupan de la escenografía, el vestuario y las luces. El trabajo que tienen más avanzado es el de la escenografía. » Empezamos trabajando en papel, pero ahora le vamos a pedir a la gente cartones. Nos centramos en dar un ambiente general, no podemos pararnos en los detalles… Vamos a tener que trabajar muy deprisa» Cuentan con la Ayuda de Krzysztof, un escenógrafo profesional que vive en Patones y que de vez en cuando viene a echarles una mano.
Erika, María y Laura son las actrices, aunque Erika también está en el grupo de guionistas y las tres echan una mano para escribir la historia. Ensayan el primer acto y tengo el privilegio de ver un adelanto. Aunque no es la primera vez, porque ya han actuado en otras obras del colegio, tienen un poco de respeto al público. Están aprendiendo ejercicios de vocalización, a cantar y a perderle el miedo al escenario. Notan la presión y la confianza de sus compañeros y saben de su responsabilidad en el resultado final.
Delante de un piano discuten Fernando, Mauro y Maan. Son los responsables de la música.
«Componemos acompañamientos para los personajes y las diferentes circunstancias que van sucediendo». Necesitan saber más del guión, de la personalidad de los personajes para seguir con su trabajo. No es su primer acercamiento a la música, han estudiado lenguaje musical, violín, saxo y melódica.
Por último me acerco a los ordenadores para charlar con Otto, que junto a Andra y la ya mencionada Erika son los responsables del guión. La obra trata sobre el maltrato que recibe una chica nueva al entrar al instituto. Sobre las envidias, los miedos y las famas. Temas de actualidad que preocupan. El trabajo de guionista está resultando satisfactorio, aunque «a veces es difícil trabajar en grupo y ahora hay mucha tensión, porque todos están esperando que acabemos el segundo acto.»
Cuando estamos todos juntos, les pregunto que están aprendiendo, qué es lo mejor y también lo más difícil. Y el aire se llena de palabras hermosas: me hablan de colaboración, de escucha, de trabajo en grupo, de ponerse de acuerdo, de crear un proyecto propio. De confianza, de diferentes opiniones, de saber lo que hay que hacer, de trabajar con presión.
De aprender y divertirse.
También me hablan de Miguel Gil. Es vecino de Torremocha, maestro jubilado y uno de los pioneros del Proyecto LÓVA (La Ópera como Vehículo de Aprendizaje) en España. El ha sido fundamental para que este proyecto se desarrolle. Podéis leer más de éste proyecto en www.proyectolova.es. A mí me va a dar para otra entrevista.
Cuando me estoy marchando charlo con los profes, Enrique y Kike. No quieren salir en la foto, porque dicen que esto es cosa de los chicos y las chicas. Me cuentan que la principal virtud del proyecto es el empoderamiento de los chavales. «La ópera es suya de verdad. De principio a fin». También me cuentan la importancia del proceso, por encima del resultado final y de todas las cosas que se trabajan transversalmente a través de la ópera.
Y yo me voy emocionado. Y muy contento.
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