Como cada Semana Santa desde hace unos años, las vecinas de Redueña (al ser ellas las que realizan mayoritariamente este taller), elaboran esta tradicional receta, entre risas y chascarrillos. Las torrijas se hacen con la receta de toda la vida: el pan del día anterior, azúcar, leche, huevos, canela, …y con mucho cariño, que es el toque clave para que salgan cada año más ricas.
El conocimiento de las más mayores se mezcla con las ganas de aprender de las más jóvenes, combinación perfecta, para que año tras año esta tradición se conserve en el tiempo.
Aunque la elaboración de las torrijas se hace el sábado santo por la mañana, no es hasta por la tarde, después de los actos religiosos cuando se comen. A la degustación asisten todos aquellos que quieran. En conclusión, en Redueña el que no come torrijas en Semana Santa es porque no quiere.