José de Villamisar
Desde PEÑALABRA

Mariano Rajoy ha conseguido la abstención del Partido Socialista para ser investido Presidente del Gobierno, a costa, como él dice de perseverar y perseverar, yo diría, paciencia y más paciencia, ha logrado que al fin los socialistas se abstuvieran, al mismo tiempo que logró que el Partido Socialista entrara en una debacle nunca conocida en la historia del partido y que le llevará tiempo, sudor y lagrimas en recuperarse.
Rajoy ha logrado ser Presidente sin mover un músculo de su cuerpo, solo paciencia, hasta aburrir al contrario, pero ahora se enfrenta a lo difícil: gobernar, para ello tendrá que hacer uso de todas sus habilidades.
La compleja situación que tiene Rajoy y su gobierno ya empezó, de momento le dieron la sentencia de muerte a las polémicas revalidas de los populares y ponerse a hablar de un pacto contra la violencia de género.
También se apuntaron otro tanto los socialistas, al impedir que el ex-ministro de Interior, Fernández Díaz presidiera la Comisión de de Exteriores o del Tribunal de Cuentas en el Congreso de los Diputados.
A la vista está que la legislatura se presenta «movidita». El marcaje a que está sometido el Gobierno les obliga a andar con mucho cuidado, parece ser que a los socialistas no les importaría llegar a un acuerdo sobre el techo de gasto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero también anuncian la presentación de una enmienda a la totalidad a los Presupuestos que el Gobierno tiene que presentar con urgencia en el Congreso. Yo apuesto a que también, por aburrimiento, Mariano logrará sacarlos adelante.
Los socialistas saben que Mariano Rajoy tiene la potestad de disolver las cámaras y volver a las urnas antes del próximo mayo, y esto, de llevarlo a cabo, sería letal para ellos. Es difícil pensar que, a pesar de la división interna en la que esta actualmente el partido, la sensatez y el sentido de Estado que tiene el Presidente de la Gestora, Javier Fernández le llevará a votar en contra de los Presupuestos.
Sin fecha todavía para la celebración de las primarias, si las hay, Pedro Sánchez comenzó su anunciada ruta en coche por todo lo largo y ancho de la geografía patria. Muchos creíamos que desistiría de intentar ser de nuevo candidato, y sin embargo ha decidido empezar en Valencia. ¿Tendrá D. Pedro gasolina suficiente para terminar?.
Y dejando a un lado esto de la política voy a referirme a la guerra de los deberes. Todos sabemos que el trabajo de los niños es estudiar, prepararse para el futuro, instruirse, y que el lugar o centro de trabajo es el colegio y que cuando salgan del centro de trabajo, como cualquier currante, acabe su jornada laboral. Actualmente esa jornada laboral del niño se alarga, privándoles de lo mejor de su edad, jugar, idear, hacer trastadas, relacionarse con otros niños, etc. etc…
Ahora, parece que entramos en una era de reflexión y debate sobre ésta arcaica costumbre española que obliga a los niños a hacer horas extras hasta el momento de acostarse. Yo abogo porque los niños ganen la guerra de los deberes y puedan disfrutar plenamente de su infancia que no es incompatible con su educación.