Cristina López Mérida

Las habilidades sociales son fundamentales para el desarrollo social, emocional e intelectual; de hecho, ya no sólo se habla de inteligencia académica o emocional, sino también de inteligencia social. Siendo este último aspecto fundamental para garantizar el éxito y satisfacción personal en la vida adulta.
Desde que nacemos nos desenvolvemos en situaciones sociales, por eso en los primeros años la familia, la escuela y su grupo de amigos cobran un papel primordial, ya que es aquí donde se forma el autoconcepto del niño que más tarde forjará su autoestima. Esto hace necesario que seamos modelos y promovamos situaciones sociales que les permitan comenzar a desarrollar dichas habilidades.
Por otra parte, un niño con buenas relaciones sociales es probable que tenga mejores resultados académicos, ya que los conflictos con sus compañeros no tienen porque ser un obstáculo, puesto que es capaz de comprenderse mejor a sí mismo y a los demás, expresando sus necesidades y sentimientos, y gestionando los problemas teniendo en cuenta a todos.
Los problemas más frecuentes derivados de la falta de habilidades sociales son fobia social, trastorno disocial o mutismo selectivo. Aunque casi todos los problemas está presente las habilidades sociales. En la fobia social el menor tiene un miedo intenso a ser evaluado negativamente, lo que le hace evitar el contacto social. En el caso de los problemas disociales , se tiende a violar los derechos de los demás, imponiendo los suyos propios. Y por último, el mutismo selectivo se observa cuando el niño deja de hablar en determinadas situaciones que se espera que sí lo haga, ya que hablar en esa situación le genera ansiedad.
En cuanto a la población adulta, uno de los principales problemas que nos encontramos en la consulta de psicología son de tipo relacionan, como la falta de asertividad, que derivan en baja autoestima, problemas de ansiedad, depresión, problemas de pareja, de seguridad…
Por esto, hacemos especial hincapié en la necesidad de dedicar tiempo a nuestros hijos para que desarrolles estas capacidades. Tendemos a estar pendientes de que desarrollen sus aptitudes académicas, pero solemos dejar de lado este otro aspecto que es igual, o más importante si cabe. Si somos modelos, les exponemos a situaciones que les permitan desarrollar habilidades sociales y no les sobreprotegemos les estaremos dando herramientas para que sea feliz.

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