Entre las diferentes aulas que existen en la Universidad Popular de la Sierra Norte (UNIPOSIBLE), el aula de Mercados Sociales. Consumidoras Consumidores, llevamos dos años investigando en la Economía Social y viendo cómo pueden pasar a formar parte de nuestra vida las alternativas éticas y sociales que vamos descubriendo. A lo largo de estos años hemos trabajado con diferentes experiencias (Banca Etica, SomEnergía, Seguros Ëticos, Cooperativas, etc.). Las necesidades en el consumo general de la información fue el tema del mes de febrero de este año, y tuvimos la suerte de poder contar con nuestra compañera Laura Corcuera de la Uniposible, periodista, escritora y artista, cofundadora y miembro del periódico Diagonal y de La Selecta (para los y las habitantes de la Sierra Norte). Corcuera consiguió dinamizar y dejar impactadas a las 25 personas que estuvieron en el Aula de Mercados Sociales. La periodista trabajó sobre una pizarra donde escribió un esquema que desarrolló de viva voz y acompañó de un despliegue de medios, cámara de video, periódicos, libros, sistema prezi (cómo redactar una noticia, cómo leerla), que al final no tuvimos tiempo de usar.
El esquema que Corcuera escribió en la pizarra estaba encabezado por este concepto como base del derecho a la información que tenemos todas las personas. SOBERANIA INFORMATIVA /SOBERANÍA COMUNICATIVA («soberanía comunicativa» fue una aportación que emergió del aula de mercados sociales) Igual que ahora nos preocupamos de comer y beber bien porque «somos lo que comemos y bebemos» (soberanía alimentaria), podemos prestar atención a nuestros consumos informativos («¿somos lo que vemos, leemos, oímos en los medios de comunicación?»)
¿Qué entendemos por Soberanía Informativa? La capacidad de acceder individual y colectivamente a una información rigurosa, contrastada y que cita las fuentes de las que se alimenta. Así como la capacidad de producir información de los acontecimientos en los que participamos individual y colectivamente. Doble vertiente simultánea: emitir y recibir. La soberanía comunicativa es el derecho de todas las personas a recibir y enviar información, porque eso es la comunicación. En general hay una comunicación vertical donde unos hablan o escriben y el resto solo escucha o lee. Lo excepcional es que en SENDA NORTE podemos hacer las dos funciones de la comunicación al poder leer lo que hacen otras personas y escribir lo que nosotras pensamos, como hacemos con este artículo.
La soberanía informativa está limitada por la Agenda Setting, un paquete de temas que «son noticia», decididos por los dueños y directores de agencias y medios de comunicación, y sus dinámicas de producción/distribución informativa. No nos dicen qué pensar, pero sí de qué temas hay pensar.
El consumo diario que hacen las personas que buscan información está en relación con la cantidad y la calidad. Hay diferencia de formatos: radio, tele, prensa y publicaciones en papel, internet, redes sociales… Este consumo sirve para reforzar ideas, creencias, sirve para adquirir herramientas y criterios para elaborar opiniones propias.
El periódico Diagonal hace periodismo «situado», no tiene jefes y funciona con estructuras horizontales y asamblearias. Incluye publicidad ética, no se anuncian multinacionales, ni militares, ni bancos, por ejemplo. Diagonal es independiente de los grupos económicos y políticos, y sabe que la objetividad no existe.
Hoy en día hay formas de «toxicidad informativa», por ejemplo con todo lo que se ataca al Ayuntamiento de Madrid (tema «titiriteros», tema Reyes Magos), guerras culturales, caza de brujas», uso de estrategias comunicativas agresivas y manipuladoras como el silenciamiento, la criminalización, la difamación y calumnia, así como el desvío de la atención y de la llamada opinión pública. «Miente que algo queda». Hay una arquitectura mediática muy bien establecida y complicada de democratizar, en especial en los medios públicos.
Tenemos necesidad de una Ley de Medios públicos que garantice el servicio público de TVE, EFE, RNE y todos los medios autonómicos públicos. Medios estatales, no gubernamentales. No hay un periódico «público», pero sí radio, tele y agencia de noticias… ¿Por qué? Los medios públicos son de todas las personas y no solamente pueden estar en manos del Gobierno. Como consumidores de información hay que contrastar datos. Si queremos tener buena información hay que acudir a las fuentes. La población vive en un Matrix, no se informa de la realidad. Las empresas poderosas mandan al gabinete de prensa y son los que marcan la agenda de los contenidos informativos. Esperamos en un futuro pasar de la teoría a la práctica en el derecho a la comunicación.
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