«El pasado 9 de octubre Repiques Serranos, acompañados de dos músicos de la Escuela de Entresierras, embarcamos rumbo a Marruecos en nuestra primera experiencia internacional.
Nos invitaron a participar en el IV Festival Internacional Entrerritmos «Larache encuentro de culturas» del 8 al 13 de octubre. Las ganas de llevar nuestra música y bailes más allá de España nos atrae y emociona,  los nervios y las ganas de disfrutarlo nos acompañan todo el festival.

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El conocimiento de nuestros pueblos serranos va más allá del turismo rural y lo que ocurre en ellos, trasladarlos a lugares diversos, estar presentes en medios de comunicación tanto locales como nacionales, donde mostramos  cultura y territorio. Los distintos festivales de la Sierra: Braojos Tradicional, Madarcos Ayer y Hoy, Somosierra,somos cultura, Repicandanzas, …es el trabajo de vecinos y grupos que buscamos lograr otro atractivo turístico, tiempo de encuentro, riqueza cultural y económica. Hay alguna Administración audaz que cree en estos proyectos y en las ventajas de tenerlos en sus pueblos y se acerca a los grupos de vecinos y asociaciones locales con su apoyo. Esperamos que esta colaboración vaya en aumento y  la Sierra se impregne de ese aire de cultura y participación de forma habitual, tan necesaria.
En el Festival Entrerritmos compartimos nuestra cultura y nuestras raíces con grupos y músicos de Marruecos, Bulgaria, Colombia y otras partes de España, convivimos, nos unimos en los bailes, nos fusionamos en la música. Sentimos que se puede, que convivir y aprender del otro es sumar energía, que la diversidad nos lleva al enriquecimiento, que el conocimiento de lo diferente nos sostiene y fortalece.
Hacemos grupo, tejemos redes, crecemos, no sólo entre proyectos serranos sino también con los nuevos grupos. Y como los acróbatas marroquíes que nos acompañaron estos días, nos vamos sosteniendo unos  a otros.
Temblamos y nos emocionamos ante la música, las guitarras de ZirYab, la voz y pasión de Sara Sae, la fuerza e intensidad de  Lalla Menana, el espectáculo y la energía de Samba da Rua y Hakuna ma Samba, el colorido y la simpatía de Balcan, la dulzura de Nossa Bossa y Colors y los ritmos imparables de Jahjouka, Youssef Nouman, Andantino y Albeniz , y entre todos ellos la música de nuestra sierra, de nuestra Castilla, nuestros sones y dulzaina, y un no parar de bailar lo aprendido.
Durante cuatro intensos días rodamos por teatros, plazas, iglesias, calles y poblados, todos acogen los bailes de Repiques y se suman a nuestra música. El placer de unirnos en lo que nos gusta, la alegría en la cara del otro cuando bailamos, nos hace vibrar, nos invita a sentir.
Encontrarnos con los niños de las zonas rurales, con sus miradas, con sus ganas de jugar y bailar con nosotros nos desmonta y nos acerca mucho más a su cultura y a la nuestra. Compartir con las mujeres el mirar de lejos nos impone la fuerza para luchar por lo libre.
Aprender de su vida en el campo nos recuerda a la nuestra, su dignidad y el orgullo de ser lo que son, de la sencillez con la que viven, nos ayuda a continuar nuestro trabajo y valorar lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser.
Ha sido un privilegio tener la oportunidad de vivirlo y seguiremos con ilusión en nuestros festivales de la sierra, trabajando por poner en valor este patrimonio inmaterial y seguir haciendo ruido cultural con grupos de aquí y de allá y juntando a la gente para compartir y disfrutar esto que tanto nos gusta y enriquece».