El pasado 25 de abril se presentó en la Biblioteca de Bustarviejo el libro Anatomía de la ferocidad cotidiana: Apuntes de los siglos XVIII, XIX y XX en Bustarviejo editado por la asociación cultural El Bustar con sus propios medios económicos. Escrito por Francisco Martin Baonza y con el prefacio del escritor Jorge Martínez Reverte.
El acto fue presentado por Carolina Aguado, presidenta de El Bustar; y contó con la intervención de Juan Mollá (escritor, miembro fundador de la A.C. El Bustar), Luis Chichon responsable de las ilustraciones que completan el libro. Al finalizar la presentación hubo una acción escénica a cargo de la Compañía Oli Olé.
La biblioteca se lleno para la presentación y escuchar al autor y a los que le han acompañado en la preparación y edición de un libro que añade conocimientos a la historia de esta localidad.
La ASOCIACIÓN CULTURAL EL BUSTAR nació entre 1976 y 1977 para promover el desarrollo cultural y social de Bustarviejo y, aunque en estos casi 40 años ha desarrollado una serie amplísima de actividades, ha dedicado una parte esencial de su trabajo al conocimiento, la conservación y la difusión del patrimonio histórico, cultural, artístico, típico y ecológico de esta Villa serrana.
Mediante la investigación de la historia, las tradiciones y los modos de vida locales, que va cristalizando en la edición de obras de referencia cuya importancia crecerá según pase el tiempo, El Bustar no sólo ha promovido de manera significativa el desarrollo sociocultural de Bustarviejo, sino que además puede presentarse con legítimo orgullo como depositaria de la cultura e historia locales.
En la línea de su trabajo presentan este libro sobre antropología de la vida cotidiana que combina las fuentes documentales y la tradición oral para narrar acontecimientos locales desde el siglo XVIII hasta el primer tercio del XX. Como continuación del anterior libro, dedicado a los cuentos y leyendas, este entra en una zona poco frecuentada por eruditos e historiadores para recuperar una parte esencial de la historia bustareña, con claves para entender el país eminentemente rural que fue España hasta bien avanzada la década de 1960.
«Las numerosas entrevistas para salvar la memoria colectiva complementan los datos documentales procedentes de archivos y hemerotecas, destacando la recuperación de noticias de prensa publicadas en los siglos XIX y XX sobre esos mismos acontecimientos. El resultado es un trabajo riguroso y profundo que aborda con originalidad y puntos de vista novedosos las interioridades de la vida rural española, mucho más compleja de lo que a primera vista parece».
El libro se organiza en tres partes de extensión desigual, una para cada siglo, cuyo hilo argumental recorre la obra de principio a fin dando continuidad a un relato cuidadoso y ameno, repleto de noticias y detalles significativos.
Jorge M. Reverte «El lector tiene en sus manos un libro que reúne algunas virtudes que son imprescindibles para abordar el trabajoso, el maravillosamente trabajoso proceso de obtener conocimiento, que en este caso es un selecto grupo de historias sobre Bustarviejo y su crónica negra de los últimos tres siglos.
Francisco Martín Baonza (Paco, el bibliotecario) ha puesto en esta obra sabiduría y oficio. Francisco Martín ha conseguido darle ese toque que desborda el localismo para darnos cuenta de algo mucho mayor. Cuando leemos la historia de los niños que cuidaban gorrinos en el campo y montaban los caballos de un vecino, aprendemos cómo se vivía en el campo de nuestro país hasta no hace demasiado tiempo. Una historia que está fechada en el siglo XIX me ha traído a la memoria las historias que contaba Antonio Pasodoble sobre su infancia, sobre las noches que pasaba durmiendo al frágil resguardo de un cobertizo y alimentándose de la leche de una cabra, directamente de la ubre, o de los miserables trozos de pan y queso con que le surtían para que sobreviviera, no más que eso, en las interminables jornadas que se sucedían, sin saber en qué día vivía, sirviendo –en el mal sentido de la palabra– a su padre, que era en realidad su amo».