Miguel Barrera.
Como es conocido por los amantes de las letras, en el año 2001 la UNESCO declaró el 21 de marzo como el día internacional de la poesía «con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo». En Torrelaguna venimos celebrándolo desde el año 2007 con una ofrenda floral frente a la en la tumba de Juan de Mena. Quiero precisar que es un acto poético, sin mayores connotaciones ni mayores pretensiones.
En enero de 2007 publiqué en La Espadaña el artículo que os anexo, éste artículo dio pie a que Eva Pastrana impulsara la conmemoración de este día en Torrelaguna.
En el 2008 la ofrenda floral fue realizada por Jesusa Peñas, en el 2009 por Vicente Araguas y que yo recuerde sólo se rompió esta tradición en el 2012 y 2014. En el 2013 fue Eva Pastrana la encargada de la ofrenda Floral y el acto en la Casa de la Cultura contó con la presencia de Jorge García Torrego y Teatro Percutor.
Esta hermosa tradición confío que coincidáis conmigo en que no debe perderse. La propuesta para este año es que sea el encargado de la ofrenda Antonio Muñoz Poyatos (salvo que yo esté equivocado es nuestro poeta decano) y el acto se realizará por la mañana, creo que sobre las 11, falta conocer los detalles de acceso a la Iglesia.
A continuación un desayuno poético en La Casa de la Cultura, con lectura libre de poemas de los asistentes.
Compartir con vosotros y con todos los que quieran sumarse a la iniciativa, de crear una asociación de intercambio y apoyo para las iniciativas que surgen (Telaraña Radio, SalXla Sierra, Senda Norte y muchas más) merecedoras de apoyo y difusión.
A través de la Casa de Cultura de Torrelaguna os podéis sumar. Como Lectores, como Autores, como Amantes de la Poesía.

Texto publicado en La Espadaña en 2007

Quizás porque es delicada y exige entrega.
Pero sabemos que en su fragilidad esconde su grandeza. Muchos, muchos son los que la ignoran y desprecian, sin conocer lo cerca que está de su cotidiano chapoteo en la comedia de la vida.
No es coqueta ni viste ridículos ropajes; sus enemigos la acusan de cursi y no pocos amigos, argumentan lo extravagante de su presencia y subastan, como despojos, sus sentencias en forma de ripios.
Hubo épocas en que la tuvieron presa en cárceles de hielo, culpándole de que invocaba al amor y al pecado, que seducía a jóvenes entre balcones enrejados, que convertía a los hombres en seres inútiles para la guerra.
Incluso quisieron quemar sus cosechas y talaron sus frondosos árboles con argumentos prosaicos y extrajeron sus raíces de la tierra, negándonos su legado.
Desde entonces su perfume, como un fuego fatuo o un viajero nómada, vagó y vagó entre las brisas de los atardeceres hasta nuestros días.
Se oculta entre las flores, en los jardines olvidados, en las gárgolas de la iglesia, entre los restos de los nidos del Pino Centenario, en el fétido olor de la Travesía de las Monjas y cada veintiuno de marzo deposita una flor junto a los restos de Juan de Mena.
A veces se deja sorprender en lugares y momentos inesperados. Donde más le gusta mostrarse es a través de la mirada tierna de los niños, en el revoloteo melancólico de las hojas en la plaza, en las banderas blancas de las coladas entre ventanas…Todos, todos alguna vez hemos sentido su electrizante presencia y nos ha sorprendido entre suspiros, tan próximos al beso como a la lágrima, pero hemos preferido la indiferencia invocando su olvido.
Ahora, unos pocos, en culto secreto e íntimo, la adoramos llamándola simplemente poesía.