La reforma del Reglamento General de Circulación, se aprobará por el gobierno de Mariano Rajaoy en 2015. Esto implica una pequeña revolución en cuanto a los límites de velocidad en las carreteras (desde las autovías hasta las más locales) y en los ámbitos urbanos.
El cambio más destacable será el nuevo límite de 130 km/h en autovías y autopistas. Pero no en todos los tramos: solo en aquellos en los que existan índices contrastados de seguridad, buenas condiciones de trazado y pavimentación, y óptimas condiciones meteorológicas y ambientales.

Aunque, no se va a invertir en nuevas señales de tráfico -las actuales marcan 120 kilómetros en esos tramos- para señalar el límite, sino que se indicarán en los denominados paneles de mensaje variable, en los que en la actualidad se pueden leer recordatorios sobre seguridad o incidentes que han ocurrido, como accidentes o retenciones.

Limitación en carreteras convencionales

También se reducirá el límite en las denominadas carreteras convencionales. El nuevo límite dejará de estar en los 100 kilómetros por hora para quedar en los 90. Esto ocurrirá en las vías que tengan un ancho de al menos 6,5 metros. En las que sean inferiores a esa medida, se reducirá incluso más, y el límite estará en los 70, frente a los 90 km/h actuales.
Pero la reducción más acusada la encontraremos en las vías menores de 6,5 metros de ancho y que no tengan líneas discontinuas: en ellas el límite baja de 90 a 50 km/h. En las vías secundarias sin pavimentar no se podrá circular en ningún caso a más de 30 km/h.

Reducción de la velocidad en ciudad

Junto con el aumento en autovías, la directora general de Tráfico también anunció una reducción en la velocidad en ciudad, que ahora pasará a ser de 30 kilómetros por hora en las vías con un máximo de un carril por sentido, mientras que en las que la calzada esté a la misma altura de la acera -como ocurre en el centro de las ciudades- se verán reducidas a 20 kilómetros por hora. En el resto de los casos, se mantendrán los 50 kilómetros por hora actuales.