Actúan en Madarcos el próximo 4 de octubre, cerrando las VII jornadas de encuentro y recuperación de tradiciones Madarcos Ayer y hoy. Cierran un cartel repleto de actuaciones de baile, pasacalles y talleres de oficios entre los que destacan él de pan, garrotas, extracción de miel, repostería, construcción de instrumentos, cestería o hilado de lana.
También habrá exposiciones, como la de tallas de madera de Ricardo Castillo, tallador de madera. Unas jornadas en las que las vecinas y vecinos de Madarcos ponen todo su trabajo y cariño para poder mostrar a quien quiera visitarlos diferentes aspectos de la tradición y el folclore.
Los conciertos de La orquestina son toda una fiesta, una propuesta ágil, divertida y espontánea donde caben una tonada «a pelo» y una pieza de arreglo elaborado, la canción reflexiva y la melodía trepidante, y donde hay tiempo para la poesía y para el baile. Con una siempre cuidada puesta en escena, conviven los géneros populares con temas de creación y los instrumentos tradicionales se armonizan perfectamente con otros más comunes en la música actual. Sonidos arraigados en la tradición musical de su tierra pero que vuelan con las alas que los músicos, gente de su tiempo, le dan, entendiendo que todo camino musical es válido para expresarse cuando surge de la suma cultural y no de falsas fusiones de mercado.
¿Cómo empezó todo?
Cuando en 1986 nos empeñamos en tocar gaitas, dulzainas, fabirols y otros instrumentos «poco nobles» de la tradición aragonesa, junto a violines, acordeones y guitarros… y cuando pusimos esa osadía al servicio de la danza popular y la fiesta, nos estábamos acercando a un sonido y una forma de hacer música muy especiales. Porque así, emulando a aquellas viejas orquestinas que en los primeros años del siglo XX iban de pueblo en pueblo haciendo la fiesta, el «sonido orquestina» se desempolvó y nuestra propuesta, incluso, hizo escuela.
Han pasado más de veinte años y, en el camino ocho discos, formaciones músicas numerosas, espectáculos con potente puesta en escena, programas de tv, edición de materiales para escolares… y ahora, desde un quinteto decidido, retomamos la esencia de lo que siempre hemos sido, de lo que somos, una orquestina.
Pero ésta no es una orquestina más, el tiempo ha dado carácter a nuestro sonido y nuestra música con denominación de origen tiene sello propio, marca de la casa: la del fabril.
¿Qué es un fabirol?
Fabirol es uno de los nombres aragoneses para designar de forma genérica a la flauta, a cualquier flauta. Al ser un instrumento popular construido normalmente por pastores, no está sujeto a una forma determinada, a una tonalidad concreta, ni siquiera a un material único; podemos encontrar en Aragón el fabirol de caña, el fabirol de buxo (o de otra madera) y el fabirol de bana, caramella con campana de cuerno (bana, en aragonés).
¿Cómo es vuestra música?
La nuestra es música pegada a la tierra, de la que bebemos y nos alimentamos los músicos; músicos que no nos limitamos tan sólo a repetir lo que marca la tradición porque, a veces, lo «tradicional» es excesivamente monolítico; música que interpretamos con instrumentos autóctonos aragoneses junto a otros comunes a medio mundo; música donde queda espacio para la creación y la idea literaria y donde dejamos que las musas nos visiten a menudo. Y el sonido que resulta nos satisface.
Lo de «música de raíz» no nos disgusta, pero si una sola palabra basta para entendernos y, encima, es corta… pues ya está. Llamadla folk y llamadnos folquis si queréis. Qué más da, sólo es una etiqueta.
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