Showcooking con hortalizas madrileñas de los chefs Pedro Larumbe y Roberto Capone

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El trabajo de recuperación de las variedades autóctonas de plantas de huerta y frutales realizada por el Instituto Madrileño para la Investigación y el Desarrollo Rural, Agrario
y Alimentario (IMIDRA), tiene un doble objetivo: que no se pierdan esas plantas aclimatadas a nuestra región, pero también darles una salida comercial en mercados y restaurantes. El Showcooking que se celebró en la sede de la Federación de Cocineros y Reposteros de España (FACYRE), por los chefs Pedro Larumbe y Roberto Capone tenía como objeto visualizar esta apuesta. {phocagallery view=category|categoryid=405|limitstart=0|limitcount=0}
La Comunidad de Madrid ha conseguido recuperar para los consumidores y para los propios agricultores las tres variedades autóctonas de melón seleccionadas por el público como las más apreciadas. Se trata del melón Azul, el Mochuelo y el Piel de Sapo Tradicional, productos locales, originarios de Villaconejos, pero que corrían peligro de desaparición por su escasa producción y limitadísima distribución. Este año, por primera vez, el Instituto Madrileño para la Investigación y el Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) ha distribuido entre los agricultores de la región más de 1.500 plantones de estas variedades para favorecer su producción, su recuperación y su distribución entre el gran público.
«La Comunidad de Madrid apuesta por el producto autóctono porque es el que mejor se adapta a las condiciones del suelo y del clima, lo que se traduce en mayor productividad y mayor calidad. Beneficia por tanto al agricultor y al consumidor a partes iguales, y al mismo tiempo supone un estímulo para la revitalización y el crecimiento del medio rural», manifestó la directora gerente del IMIDRA, Cristina Álvarez, en el transcurso de un showcooking.
Ambos chefs realizaron diferentes tapas con productos de temporada de la huerta madrileña, traídos directamente de los campos de cultivo de la Finca Experimental de la Comunidad de Madrid «La Isla». Pedro Larumbe se decantó por un tartar con salmón y pepino, huevo con pistos y taquitos de pescado con pimiento amarillo y regaliz; en tanto que Roberto Capone preparó cuscús con salmorejo y tartaleta rota de verduras como postre.

Investigación

La Finca La Isla se ha convertido en uno de los más importantes campos de ensayo del IMIDRA en su proyecto global de recuperación de variedades tradicionales, que hasta la fecha ha permitido salvar de la desaparición hasta 190 variedades autóctonas, fundamentalmente presentes en pequeños huertos de la Sierra Norte y de la Comarca de Las Vegas. Semillas para los agricultores
Estos trabajos de recuperación han hecho posible la entrega este año de cerca de 45.000 plántulas (semillas ya germinadas y listas para ser plantadas) de hortalizas autóctonas y tradicionales a los agricultores de la región que las han solicitado, duplicando la cifra entregada la temporada pasada. Entre ellas hay 26.700 plantas de tomates (de las variedades Del terreno sonrosado, Gordo de Patones, Moruno de Aranjuez y Moruno de Villa del Prado), 13.100 de cebollas (variedades Blanca de Chinchón y Morada de Chinchón) y 2.900 plantas de pimiento (de las variedades Infante de Aranjuez y Aranjuez).
El llamado proyecto Melonomics desarrollado por la Comunidad de Madrid en relación con el Melón tan importante para la agricultura regional, incluyó la caracterización de las 62 variedades presentes en el territorio nacional, con especial atención a las 17 específicas de Madrid, y su inclusión en el «Catálogo de Variedades de Melón Tradicionales Españolas».
A través de este proyecto fue posible obtener la secuenciación del genoma del melón, lo cual permite localizar aquellas zonas del fruto en las que reside la expresión de las características de calidad y, por tanto, elaborar melones «a la carta». Los trabajos realizados, junto con el análisis de los caracteres de calidad, nutricionales y sensoriales, le permitieron obtener una caracterización completa de las 62 variedades en lo referente a su textura, color, jugosidad, aspectos nutricionales y capacidad antioxidante.
De todas ellas, los consumidores seleccionaron por su calidad las tres recuperadas ahora por el IMIDRA. El éxito que el año pasado tuvo el melón Azul para su consumo en las fechas navideñas, como melón de larga conservación sin empleo de bajas temperaturas, ha hecho que este año aumenten las expectativas de producción, lo que podrían sacarle de la lista de variedades en peligro de desaparición.

Tradición y futuro

Conocer qué variedades han sido seleccionadas durante generaciones por los agricultores de la zona y la gran variedad genética que contienen es fundamental para la agricultura y la alimentación. Este conocimiento permite la mejora de las variedades para obtener productos agroalimentarios de alta calidad, más saludables y seguros y, además, permitirá generar nuevas variedades de melón con interés agronómico, es decir, más resistentes a plagas, al estrés del suelo y con mejor calidad organoléptica.
Estas investigaciones permitirán en el futuro mejorar el cultivo del melón en la región y evitar enfermedades que pueden causar importantes pérdidas económicas. La Comunidad de Madrid produce el 5% del total nacional de esta fruta, comercializando 25 millones de kilos al año. Cuenta con una superficie de cultivo de 1.600 hectáreas. De las 17 variedades madrileñas, 13 son exclusivas de Villaconejos.

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