EL 1º DE MAYO

El Día Internacional de los Trabajadores, o Primero de Mayo, es la fiesta del movimiento obrero mundial. Es un día en el que habitualmente se realizan diferentes reivindicaciones laborales y sociales, y al mismo tiempo se hace homenaje a los Mártires de Chicago, que fueron unos sindicalistas anarquistas que el uno de mayo de 1886 hicieron una huelga reclamando, entre otras cosas, la jornada laboral de ocho horas.
Millones de trabajadores de todo el mundo salieron a la calle, este Primero de Mayo, para festejar su fiesta por antonomasia. Las reivindicaciones fueron diversas, en función del país en las que se desarrollaba, pero en general se reivindicaba los derechos de los trabajadores y unos salarios justos.
En Alemania, Francia, Italia, Inglaterra y demás países europeos, centraron sus propuestas a favor de una Europa social, reclamando el fin de las políticas de austeridad, y, ayudas para combatir el desempleo, especialmente en el sur de la Unión Europea.
En Cuba, el 1º de Mayo, es diferente a los países europeos, allí los trabajadores, como «ya lo tienen todo», no protestan ni reivindican nada, simplemente adulan a su «Jefe» y a los dirigentes del Partido que les gobierna, que paradójicamente es siempre el mismo, como se hacía antaño aquí en éste país, con los grandes eventos del Bernabeu .
En España, éste año, los principales sindicatos, llevaron su marcha principal a Bilbao. Los Secretarios Generales de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, y el de la Unión General de Trabajadores, el longevo, Cándido Méndez, portaban una pancarta con el lema «sin empleo de calidad no hay más democracia», rechazaron el mensaje de recuperación difundido por el Gobierno en los últimos meses, asegurando que con un 26% de paro y con la economía, todavía destruyendo empleo, le queda mucho para salir de la crisis.
Es cierto lo que proclaman los sindicatos, las cifras macro-económicas parece que van por el buen camino, se augura un crecimiento que dará como resultado una leve mejora del empleo, un empleo que hasta ahora es muy precario y de baja calidad, con unos salarios míseros que empujan hacia la pobreza, y unas condiciones laborales a gusto del empleador que en muchos casos convierten al trabajador en un verdadero esclavo. La nueva Ley del Mercado del Trabajo, hecha, según el Ministro del ramo, para fomentar la creación de empleo, lo que ha hecho y está haciendo es darle toda la autoridad al empresario, que no tiene control de Autoridad alguna y por lo tanto puede hacer lo que quiera en su relación con el trabajador. Esto trae como consecuencia que hay empresarios buenos y honestos, que les cuesta salir de la crisis, pero también hay otros que amparándose en la marejada y abusando del precario mercado laboral se están forrando, mientras sus trabajadores se están hundiendo en la miseria.
Las reivindicaciones sindicales del 1º de mayo, nos invitan a todos a hacer una reflexión, sobre lo que cada uno debemos aportar.
Los Sindicatos deben abandonar las ideologías de enfrentamientos que pertenecen al pasado y reinventarse unas nuevas relaciones entre los aparatos sindicales y empresariales, para ello debían renovar sus cúpulas dirigentes que están ya muy viejas y trasnochadas.
La parte empresarial, debe abandonar la cultura del pelotazo y la corrupción, sustituirla por la responsabilidad, la productividad, es esfuerzo, la preparación, la solidaridad, la generación de riqueza, no a cualquier precio, sino con honestidad.
Se debe colaborar entre organizaciones sociales, empresariales, gobierno y ciudadanos, cada uno a su medida. Todos, absolutamente todos, debemos olvidarnos de aquellos tiempos acomodados, y empezar a construir otra sociedad distinta, con unos cimientos sólidos, con unos valores distintos, que nos lleven a una sociedad más justa.

José de Villamisar.

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