EL CUÑADO

Por José de Villamisar
Desde PEÑALABRA

El cuñadísmo es un gen dominante y suele tomar el control en las bodas y reuniones familiares especialmente en Nochebuena.
Uno de estos días atrás fui invitado a una reunión familiar, en donde apareció un tipo que no conocía, y me lo presentaron como el cuñado de una prima mía. El subsodicho cuñado me contó que había estado unos años viviendo en Estados Unidos de América, hecho que le doctoraba en todas las ciencias universales.
Empezó hablando de decoración, de fútbol, de jardinería, de García Márquez, de informática, trucos de belleza, de formula 1, ect. ect.
Pasado un buen rato, se me acerca otro pariente, y en vez de rescatarme me dice: pero, ¿qué te creías, qué el cuñado sólo te había tocado a ti?.
El cuñado no es el novio, o marido de tu hermana, el cuñado esta ahí desde que el mundo es mundo.
El cuñado es un personaje que se va haciendo a lo largo de la vida, se fabrica, se va moldeando poco a poco por el tiempo y por las circunstancias. El cuñado te saluda con una colleja y lo sabe todo, entiende de vinos, de tiempos atmosféricos de teatro, es especialista en electrodomésticos, da igual que sea una lavadora o la resonancia magnética de un hospital, sabe mucho de ordenadores, pero te llamará a ti para que le cambies la configuración de la pantalla que tiene en casa. El cuñado es un hombre sabio, en la mayoría de las ocasiones no ha ido al Instituto, pero se jacta de que en el poco tiempo que estuvo se ligó a la tía más buena de toda la comarca.
El cuñado siempre encuentra cosas, a menos valor que el de mercado. El cuñado ha estado y estará en todos y cada uno e los acontecimientos más importantes que hayan ocurrido en España y parte del extranjero, ha visto películas que no se han estrenado todavía, estuvo en todos los conciertos de su época habidos y por haber, asistió a todos los partidos que jugó el Real Madrid en Europa. El ya se olía lo del 23F, votó Felipe Gonzále y a José María Aznar en las mismas elecciones.
Es un campeón, un figura. El cuñado se fue de cañas con el Rey, que es muy campeñano. Jugó al tute con Tejero, y le ayudó a cuidar las camelias a Alfonso Armada, fue el cuñado el que paró los tanques en Valencia. El cuñado escribió el discurso del Rey el día de su Coronación. No tiene frío ni calor, y si le dejasen arreglaba esto de la crisis en dos patadas.
El cuñado ha corrido delante de los grises, y hubiese puesto otra alineación en la final de Copa del Rey y el Barsa le hubiese cascado 7-0 al Real Madrid, sabe en donde invertir y donde no, sabía que la burbuja inmobiliaria iba a explotar.
El cuñado ha estudiado en la Universidad de la vida, y es máster del universo, ha tenido como directores de tesis el libro de refranes y los programas de tertulias de la televisión en donde los tertulianos dan cada día abundantes clases de cuñadismo, aunque no tengan idea del tema a tratar, siempre opinan como lo haría el mejor de los cuñados. La diferencia entre el cuñado y el tertuliano está en que éste cobra por opinar sobre cualquier tema con total ligereza. Son supuestos expertos en la actualidad informativa, les da igual opinar sobre los Presupuestos Generales del estado, sobre política internacional, pobreza, delincuencia, aborto o lo que sea, son verdaderos «CUÑADOS».
El cuñadísmo es contagioso, así que ten cuidado, en la próxima reunión puedes ser tú el cuñado.

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