Sindicato SOLIDARIDAD Y UNIDAD DE LOS TRABAJADORES
«Reinventarse» para continuar explotado.
Desde diversos ámbitos institucionales del estado y medios de comunicación del capital se nos está bombardeando con terribles discursos para la clase trabajadora. «Reinventarse, emprender, adaptarse a las necesidades del mercado laboral.» Todo aderezado con un: «si quieres puedes». Interesante, y, por qué no decirlo, interesado. Porque analizando la realidad negaremos radicalmente estos planteamientos. Las necesidades del mercado NO son las nuestras como trabajadores y trabajadoras. Las circunstancias materiales tienen total influencia en las realidades que vivimos. Es absurdo e insolidario pensar que los problemas sociales se resolverán individualmente. Con un bochornoso «es lo que hay» nos incapacitan para actuar contra su sistema de explotación capitalista y proteger así sus privilegios.
El desempleo como forma de control social.
El desempleo proporciona a las empresas mano de obra barata, miedo, inseguridad y crispación generando incomprensión y división cuando, desempleados o no, pertenecemos a la misma clase trabajadora.
«Grandes oportunidades». Grandes oportunidades sí, pero de explotación.
Se criminaliza a los parados y paradas; se habla del «coste que tienen», y se obvia que somos los trabajadores los que generamos la riqueza. Se beneficia a las empresas potenciando irregularidades y abusos entre los trabajadores y trabajadoras más indefensos.
El timo de la formación para el empleo. Las prácticas.
Hay un sentir general sobre las bondades de las prácticas en la formación. Desde la FP, a la Universidad, a los cursos del INEM. Así aparecen «cursos con prácticas asociadas», un voluminoso plan de «formación» gestionado por empresas a través del INEM, con más de 500 horas de prácticas por trabajador en cursos de alrededor de 200 horas teóricas. Las prácticas suponen la ocupación efectiva de puestos de trabajo. Las empresas no realizan una supervisión ni una formación real. En la casi totalidad de los casos se desempeñan ocupaciones con las mismas responsabilidades y actividades que cualquier otro trabajador, pero sin cobrar, ni cotizar. Básicamente se nos esclaviza.
También se potencian los «Contratos de colaboración». Contratos en los que Ayuntamientos reciben 500€ mensuales por trabajador, mientras éstos perciben sus prestaciones y subsidios. Agotamos las prestaciones que ya se nos reconocieron, a cambio de un aumento en las mismas de unos 200 €. Desarrollando, generalmente, ocupaciones que antes se realizaban con contratos por obra y servicio. Sin derechos laborales (bajas, seguros, cotizaciones), obligados bajo la amenaza de perder los subsidios y excluyendo del proceso selectivo a parados no perceptores de ayudas que pueden llevar más tiempo en paro.
Debemos denunciar de forma activa estos agravios, plantarnos ante los patronos y el Estado tanto por vías judiciales como directas. Para que se hagan contratos dignos, se respeten los derechos y dejen de robar dinero de la formación las organizaciones subvencionadas, tanto patronales como sindicales. Que los dineros que se están destinando a beneficiar a las empresas reviertan para ayudar a los trabajadores y trabajadoras más desprotegidos.
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