ANTONIO SÁNCHEZ-MARÍN ENCISO
La izquierda se diferencia de la derecha claramente en la defensa de lo público, fundamentalmente en educación y sanidad. Éste debiera ser el prioritario «adn» de uno que se considere progresista, puesto que es la máxima garantía de igualdad, de justicia social.
«Para los socialistas la educación (Y LA SANIDAD) ha sido es y será un factor determinante para construir un futuro mejor, pero para todos, como el elemento que más y mejor garantiza la igualdad de oportunidades y la mejor arma para luchar contra la exclusión social y la pobreza y, en definitiva, como la mejor política económica y social»
Ahora todos son parabienes a quienes se han movilizado en defensa de la sanidad pública….Y no es para menos, pues los sanitarios, médicos, enfermeras y todo el personal sanitario han salido a la palestra en su defensa, porque veían peligrar el sistema público de la sanidad por la voracidad de las privatizaciones de quienes consideran, y tienen razón, que es la base de un gran negocio….
Muchas veces los ciudadanos han sido advertidos de este peligro, empezando en la confección de la Ley de 1986, cuando esta Reforma tuvo que enfrentar duras presiones. El propio Ministro de Sanidad, Ernesto Lluch describió Operación Primavera, la que intentó movilizar a los profesionales sanitarios y a la profesión médica y al partido en la oposición, Alianza Popular, que se opuso frontalmente contra la Ley General de Sanidad y lo que esta suponía, la universalización de una atención sanitaria de calidad, al estilo, aclaro yo, de aquellas movilizaciones contra la política de recorte de la privatizaciones de la enseñanza de Maraval, por parte de la Iglesia, la principal ostentadora de la enseñanza privada, otra fuente de gran negocio, y su brazo armado, Alianza Popular entonces, hoy PP. ¿Quién no se acuerda el cojo Manteca, rompiendo farolas y mobiliario urbano, con gran regocijo de todos, incluso, fui testigo directo del lanzamiento de cócteles Molotov a la puerta de Ministerio? ¡Y ahora se rasgan las vestiduras por lo sucedido en Gamonal…! Traían a Maestros en autobuses pagados y les daban un bocadillo, al estilo de los antiguos caciques…
Pero la Ley salió adelante y el Sistema Nacional de Salud español es hoy uno de los mejores del mundo, por cobertura, equidad, prestaciones de calidad efectivos y eficientes.
La Ley General de Sanidad (LGS) supuso una de las primeras piedras de la configuración actual del SNS
Alguien dijo en la TV que esto es un triunfo del pueblo, y que no era política esto, ¡válgame Dios, cuanta demagogia, o ¡cuánta injusticia! a la hora de analizar los problemas, pues esto es inequívocamente un triunfo de la política precisamente, incluso, diría más, un triunfo de la justicia, que ambas cosas están siendo bien vapuleadas por la cierta inconsciencia de la población, que muchas veces tienen tics, tópicos, que son heredados y que nadie los combate como debiera, y éste, el de defenestrar la política y por consecuencia a los políticos, tiene un origen, permítaseme mi contundente aseveración, claramente fascista, pues son los regímenes totalitarios, el de Franco, como ejemplo máximo, que se alzó contra el poder legal, aduciendo que los «españoles estaban cansados de política y de políticos….»
Leo para confirmar mi aseveración: Las reformas sanitarias son procesos políticos que intentan conjugar y equilibrar derechos personales, derechos sociales e intereses económicos. La tensión entre estos factores es permanente y las presiones ejercidas para que las reformas vayan en una u otra dirección son fuertes. Lo vimos con la Reforma Lluch durante el período 1984-1986. Lo hemos visto hace poco durante el intento de Reforma Sanitaria de Obama, y lo vemos ahora en España y en Europa, donde intereses económicos poderosos están presionando para recortar el modelo social. ¿Está claro?
Y la La Reforma Lluch, recogida en la Ley General de Sanidad de 1986 y en otras medidas importantes, incluidos los procesos de transferencias a las Comunidades Autónomas, responden a un modelo de ideología política socialdemócrata de defensa a ultranza de lo público, en contra del principio del neoliberalismo económico, que defiende el PP, de la defensa de las privatizaciones, del sistema mercantil imperante… de ahí su oposición frontal, de ahí que todo el mundo cuando les vota a uno y otro partido debiera saber a qué atenerse; esta reforma del 86 supuso un impulso para la mejora de la atención sanitaria, consolidando y generalizando el derecho a la sanidad pública de calidad, por cuanto:
-. se aumentó la cobertura hasta un 99,5% de la población, reconociendo el derecho a la atención sanitaria pública completa a 8 millones de personas que hasta entonces no estaban cubiertas por el sistema sanitario
– se incrementó el gasto sanitario público en relación con el PIB del 4,4% al 5,2% y se alcanzó un 78% de financiación pública sobre el total de gasto sanitario9. Esta financiación fue posible gracias a la reforma fiscal que permitió ir aumentando los ingresos públicos en relación con el PIB.
-en tercer lugar, se definieron y aumentaron las prestaciones sanitarias: atención primaria, la atención a los problemas de salud mental, la planificación familiar y los trasplantes, configurando una atención sanitaria completa y de calidad, equiparable a las de los países de nuestro entorno.
Conviene destacar, además, cambios en dos variables organizativas. El de la atención primaria fue un aspecto importante y novedoso de la reforma, con la creación de los Equipos de Atención Primaria y la puesta en marcha de Centros de Salud, el nuevo enfoque de la Medicina Familiar y Comunitaria, el nuevo papel de la enfermería, la introducción de la historia clínica y las actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud.
Los resultados positivos se reflejaron tanto a nivel de satisfacción subjetiva como en los indicadores sanitarios objetivos-
El gasto sanitario público supone un 6,99% del PIB9, un punto menos que la media de la Unión Europea.
Un ejemplo paradigmático es el sistema español de trasplantes, por ser el primero del mundo, tanto por donaciones como por órganos trasplantados
El gasto sanitario ha ido creciendo a lo largo de los años en función del crecimiento de la renta. El porcentaje de gasto sanitario público sobre el total de gasto sanitario se situaba en 2009 en un 73,6%20, algo por debajo de los países de nuestro entorno (Francia 77,9%, Alemania 76,9%, Italia 77,9%, Reino Unido 84,9%)20. En todo caso, el gasto sanitario público en España, en relación con el PIB, ha seguido estando por debajo de la media europea, es decir, era y es un gasto sostenible.
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