El alcalde de Torrelaguna, Oscar Jiménez Bajo, se reunió el martes 11 de febrero con un grupo de vecinos para explicar la decisión de derribar el edificio de las Confeciones, y construir un aparcamiento de superficie en la plaza del Mayo. La reunión celebrada en la casa de cultura tenía como objeto despejar dudas entre los vecinos, y que estos pudieran intervenir para que explicaran sus ideas. El jueves 13, se celebrará un pleno extraordinario a petición del grupo popular, que apoyan la idea de la remodelación y no el derribo del edificio de las Confecciones.
Al ser un pleno extraordinario no habría turno de palabra a los vecinos, además Oscar Jiménez Bajo, que era mejor mantener esta reunión con los vecinos antes del pleno. Eso si, Jiménez Bajo señaló que era una decisión colegiada del equipo de gobierno.
El alcalde acompañado de los concejales del equipo de gobierno, y de una técnico municipal, explicó el desglose del Prisma 2008-2011, donde ya se incluir el proyecto de remodelación de la plaza (con la construcción de un parking subterráneo) con el derribo del edificio de las Confecciones. Es decir, desde la legislatura pasada existía el proyecto, que se retrasó por las demoras de la Comunidad de Madrid en ejecutar un Prisma, con retrasos que superan los 3 años.
Oscar Jiménez explicó en su intervención inicial que todas las decisiones sobre el proyecto había sido adoptadas en plenos y que por tanto eran públicas. Además se lamentó de ciertos comentarios que insinuaban que se habían gastado el dinero. En su intervención explicó que la parte del Prisma destinada a gasto corriente estaba justificada con facturas ante la Comunidad de Madrid. Sobre el dinero destinado a inversiones, señaló que el Ayuntamiento no tocaba un euro, dado, que la selección de la empresa que ejecute las obras es elección de la Comunidad de Madrid a través de Nuevo Arpegio, siendo ella responsable del pago.
En su intervención señaló que no creía conveniente realizar una inversión tan fuerte en la rehabilitación integral del edificio. Este edificio construidos entorno a 1950 cuenta con grandes deficiencias: no es un edificio adaptado a las personas con problemas de movilidad reducida, la distribución interior hace difícil la evacuación en caso de una emergencia. Además de estos problemas que lo hacen no apto para su uso público, habría que proceder a una renovación total de la instalación eléctrica y sanitaria; además del coste que supone la remodelación de un espacio que abarca más de 1200 metros cuadrados. El importe superaría la partida de Prisma destinada a Torrelaguna.
También se explicó que se había reubicado a las asociaciones y partidos políticos que ocupaban el edificio. Además de, siguiendo el procedimiento legal, habían cedido espacios públicos para reuniones de cualquier asociación, y del mismo grupo de personas que se oponían al derribo del edificio de Las Confecciones.
Los vecinos asistentes, se dividieron entre los que se oponen al derribo, y los que daban por buena la apuesta municipal.
Entre los que se oponen al derribo, además de agradecer las explicaciones y la reunión a Oscar Jiménez Bajo, defendía su remodelación porque sino, el municipio perdería patrimonio, además de la necesidad de buscar alternativas. Una de las personas que intervino contra el derribo, señaló que si el edificio estaba tan mal, era porque ninguna de las corporaciones municipales anteriores habían hecho nada por el edificio.
También se propuso la remodelación del edificio poco a poco, según las disponibilidades económicas.
El alto coste económico de la remodelación en tiempos de dificultades económicas y la existencia de alternativas para la ubicación de las asociaciones, fueron argumentos de los que no se oponen a la demolición.