La planta de residuos de demolición y construcción (RDC) de El Molar, que da servicio a 47 municipios de la región, está cerrada despué la UTE que la gestionaba entregara las llaves a la Comunidad y abandonara el contrato.
La planta, una de las cuatro que tiene la Comunidad, estaba gestionada desde 2010 por la UTE RSD Norte y desde hacía unos meses se habían detectado diversos incumplimientos de contrato en el mantenimiento de las instalaciones y en el tratamiento de los residuos, pues a veces iban directamente a vertedero sin ser tratados y entraba basura para la que no tenía autorización, según ha indicado una portavoz de la Consejería de Medio Ambiente. «Se les ha instado muchas veces a que lo corrigieran», ha apuntado también. Además, la concesionaria tenía problemas con los pagos y finalmente ha acumulado una deuda con la Comunidad de 900.000 euros, pese a que se les habían dado facilidades parar pagar, según explican las mismas fuentes.
Esta situación ha acabado con el abandono de la planta por parte de la UTE. La Consejería de Medio Ambiente ha anunciado que denunciará a la empresa por incumplimiento de contrato y por daños y perjuicios por la falta de mantenimiento.
Según la nota durante unos pocos días los municipios afectados pueden usar el resto de plantas de RDC de la región, y ya el martes, tras su puesta a punto, la Comunidad asumirá la gestión de la planta de forma directa y tratará de dar «unos servicios mínimos», mientras prepara el nuevo concurso para adjudicarla de nuevo.
Desde la UTE, en que está incluida con un 20% la Mancomunidad que gestiona la recogida de residuos en la Sierra Norte, dan una visión diferente. Rebajan la cifra de deuda a una tercera parte, además de que en esta planta se están pagando unas tasas que no se aplican en las otras plantas de RDC de la Comunidad.
La crisis económica ha hecho que muchas empresas que dejan sus residuos en esta planta cerraran sin pagar las cantidades que adeudaban, por lo que la situación ha afectado a la UTE que gestionaba la planta. Sus responsables afirman haber presentado una propuesta para solucionar el problema, pero que la Consejería rechazó la propuesta. Por ello, los responsables de la UTE decidieron de acuerdo con los propios artículos de la concesión a renunciar a la gestión.
La Mancomunidad Valle Norte, asumió el 20% de la concesión, para darle una continuidad en el caso de los cambios de gestión. En el documento que refleja esa inclusión se exonera de responsabilidad económica a la Mancomunidad, es decir, no se hace cargo de las deudas ni de los beneficios que produjera la planta.
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