R.D.
Últimamente se está creando mucha polémica en torno al tema del agua con el Canal de Isabel II, como vecino de fines de semana y vacaciones quería expresar mi opinión al respecto.
Los que somos de afuera asistimos con asombro a una guerra entre vecinos y ayuntamiento, por un asunto que está totalmente normalizado en todos los municipios de la comunidad.
Desde mi punto de vista, el agua es un bien preciado y escaso que necesita de gestión como cualquier otro suministro, para que se produzca una distribución justa del mismo, no puede ser que mientras unos gasten todo lo que quieran, otros no puedan usarla porque no haya suficiente, por lo que es de obligado cumplimiento que cada uno pague por lo que consume, no puede ser que subvencionemos de forma igualitaria el consumo de todos. En la totalidad de municipios de la Comunidad se paga y nadie se queja, es un gasto asumido como cualquier otro.
Cuantos veranos hemos sufrido la falta de agua, eso sí, las parcelas particulares con un verde espectacular, total a cada uno gastar lo que quisiera le salía gratis, por no hablar de la cantidad de agua que se habrá perdido por no arreglar las averías.
Creo que el ayuntamiento ha realizado una buena gestión con el Canal, ya que ha conseguido unas tarifas un 30% más baratas que para el resto, además de seguir controlando el suministro, ha realizado un buen trabajo de información a los vecinos , algo que es de agradecer; aún así sigue habiendo quejas por parte de algunos, que entiendo son los que tienen negocios, y el pagar les repercute directamente en su cuenta de resultados, pero yo no tengo por qué, como el resto, soportar restricciones y cortes a costa de mejorar su beneficio.
Desde aquí quiero dar ánimos a la corporación municipal, y felicitar especialmente a la alcaldesa por su esfuerzo y tesón a la hora de acometer este proyecto necesario para el municipio, sabiendo que va a tener un coste electoral, ojalá hubiera más políticos con el sentido de la responsabilidad y honestidad que ha demostrado usted, seguramente no repita mandato, pero su conciencia puede estar bien tranquila, por el deber cumplido.