Es madrileña y tiene 22 años. Joven, humilde y directa en el trato. Cuando la ves encima de un caballo, sin embargo, despliega todo su ser. Es lo más parecido a un minotáuro, porque cuando se mueven, parecen indivisibles. No sólo monta, también baila. Y cuando lo hace, a lomos de azabache o altanero ambos prolongan sus movimientos. Un lujo de espectáculo que dará que hablar. Este verano tuvimos oportunidad de verla y hablar con ella
La Faraona a Caballo es un espectáculo en el que se funden amazona y caballo. Hay bailes con mantón, con castañuelas, sin riendas y desde el suelo. Tiene canciones que van desde la música clásica al rock, pasando por inolvidables de la canción y la copla como Marifé de Triana o Lola Flores.
Le gustan los caballos desde muy pequeñita, aunque no empezó a montar hasta hace tres años. Manolo Olarte, es su preparador. La apoya en todos sus espectáculos y no para de lanzarle piropos. «Esta niña llegará lejos y hace cosas que yo nunca he visto». De hecho, su progresión en tan solo tres años es espectacular.
Trabajo y esfuerzo, las claves para un buen espectáculo
El espectáculo parte casi de la casualidad «Decidimos ir a la Feria de Jerez a lucir los caballos y allí me dio por bailar una sevillana, que habíamos preparado antes. A la gente le gustó muchísimo y Manolo pensó que la cosa no podía quedar ahí.
El nombre que lleva, La Faraona, es todo un guiño a Lola Flores. «Al principio teníamos un poco de miedo, porque Lola Flores es muy grande y no sabíamos si la gente iba a entenderlo, pero es un homenaje, desde la humildad»
El entrenamiento con los caballos es duro. Todos los días y muchas horas. » Monto a diario, en verano y en invierno. Con frío y calor» Éste es el secreto, mucho trabajo, muchas horas montando y grandes caballos. «Azabache es un gran caballo, es de capa negra pura raza española, tiene solo 8 años recién cumplidos. El caballo esta puesto en doma clásica alta escuela y siempre se le monta todos los días entrenamos. Y quería comentar aquí una anécdota que me ocurrió, una vez me fui al campo y me sonó el móvil y el caballo simplemente con la música ya se puso a bailar ya su intención era bailar, y ahí ya me dio que pensar.»
Lo mejor, el público
Lo que más le gusta de su trabajo es el progreso de los caballos y de ella misma, la calidez del público, el afán de superación. Habla con cariño de la gira de verano que la ha llevado a decenas de pueblos. «La gente del campo, que conoce el trabajo con los caballos se emociona mucho. También con las canciones, porque muchas son de su época».
«Este año hemos tenido más actuaciones que el pasado, hemos ido en escala ascendente, innovando constantemente con la creación de nuevos números, con el listón cada vez mas alto y esto a la vez te gratifica pero también hay mucha presión y responsabilidad porque cada vez el público quiere más y más. Entonces cada día hay que ir renovándose y superándonos. Además nos gusta satisfacer a todos. Hemos estado en los pueblos más grandes de la Comunidad, pero también en los más pequeños, como Madarcos»
El entusiasmo del publico es una de las cosas que más le atrae. «Intento acercarme mucho con los caballos, para que los puedan ver. Una vez, en Getafe, me sorprendió mucho un espectador que era invidente y que se emocionó . Lo había sentido todo con los ruidos de los cascos, con lo que decía el publico, con el ruido de mis movimientos y con el jadear del caballo, cuando me lo contó, a mi también me emocionó. O un señor de 70 años que vino llorando y me abrazó a mí y al caballo de la emoción»
También recuerda con cariño la gala benéfica en apoyo a Lidia, una chica con leucemia que al fina falleció y a la que le dedicó su última actuación.
Para los que quieran, pueden seguirla en internet. Tiene canal en youtube, perfiles en las redes sociales y un blog que se llama Sofía y azabache donde va colgando sus actuaciones. Merece la pena.
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