El 29 de junio de 2013 se hacía realidad un sueño de un grupo de personas, que cuando la vida les encaminaba a la jubilación y a la resignación, decidieron que ellos decidirían como vivir y en que condiciones. Ese día el edificio 8000 m2 se llenó de vida, la que llevaban los ocupantes de sus 54 apartamentos, pero también los amigos, familiares y vecinos del pueblo que acudieron a la jornada de puertas abiertas. Uno días después Senda Norte ha hablado con Antonio Zugastegui, uno de los miembros de la cooperativa desde sus inicios, y con sus 81 tiene ganas todavía de dar guerra.

SN: ¿Qué es la Cooperativa Trabensol?
Antonio Zugastegui: Es un intento de solucionar el problema de la atención a los mayores. Vivimos en una sociedad en que se han avanzado mucho en el aspecto médico, se ha prolongado la vida de las personas de una manera positiva, pero socialmente se ha avanzado menos, y últimamente incluso se está retrocediendo a pasos agigantados.
La prolongación de la esperanza de vida, que es algo positivo, casi se ha convertido en un problema social, porque no se sabe que hacer con los mayores.
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Se había intentado el camino de la ley de dependencia, pero están dando marcha atrás. La atención en el núcleo de la familia, que era lo tradicional, ahora más difícil, por la misma prolongación, ya que aunque en algunos la persona esta en buenas condiciones, en otras está más deteriorado. La circunstancias de las familias, de las viviendas de los hijos y nietos, que tienen mucho trabajo o stress fuerte, hacen difícil la atención.
Luego una plaza en una residencia pública es bastante difícil, hay que tener unas condiciones realmente malas para que te las den. Las residencias privadas por un lado son económicamente muy costosas, y tampoco son el ideal. Ese tipo de residencia que te ofrecen todo tipo de atenciones con los ancianos hay que ponerle entre interrogaciones, y tampoco es lo más positivo, que la persona mayor tenga una actitud pasiva de recibir atención.
Es mejor, tanto para la salud física como mental tener una actitud activa. Todo el tiempo posible.
SN: ¿Y cómo surge la idea?
AZ: Un grupo de amigos que habíamos convivido y participado en muchas actividades sociales, llegado el momento de la jubilación nos planteamos que hacer. Y después de hablar muchos pensamos que lo mejor era constituir una cooperativa para construir un centro donde realmente se dieran las condiciones más favorables para envejecer de una manera positiva y lo más satisfactoria posible.
Esta basado en una actitud positiva y activa de los mayores que participamos, en resolver nosotros los problemas, sino como los resolvemos nosotros y nos ayuda a mantenernos mejor, porque seguimos haciendo cosas.
Esto nos lleva un trabajo más intenso, nos ha llevado mucho trabajo. Todavía ahora, seguimos haciendo corrigiendo errores.
SN: ¿Cuándo empieza?
AZ: Empieza en torno al año 2000, las primera conversaciones, la cooperativa se constituye en 2002, y nos empezamos a mover, para buscar terrenos, justo en el peor momento, en plena boom inmobiliario. Más de una vez estuvimos a punto de tirar la toalla, porque no había manera. Hasta que encontramos Torremocha donde el alcalde no recibió con los brazos abiertos, nos apoyaron totalmente, compramos a un precio asequible unos terrenos que estaban incluidos en el proyecto general de urbanismo del pueblo.
Otra batalla fue conseguir la calificación del terreno, porque el plan de urbanismo estaba paralizado.
Cuando lo conseguimos, el proyecto arquitectónico ya estaba muy hablado porque queríamos combinar la independencia de cada uno, con su pequeño apartamento, con un centro social, donde están las zonas comunes, y que invite a la participación, a la convivencia, y a la actividad en una acciones de tareas comunes.
SN: Son 54 apartamentos, y quedan dos libres.
AZ: Han estado todos ocupados, pero también nos ha afecta la crisis. Aunque el edificio es magnifico, no significa que seamos unos potentados, sino personas trabajadoras que con gran esfuerzo han construido esto. La Cooperativa se llama Trabensol, Trabajadores en Solidaridad. Trabajadores de tipo medio, de profesiones muy variadas pero un nivel modesto. Ha habido algunos que han tenido que hipotecar o vender sus viviendas.
SN: Hay que compartir…
AZ: Durante todo el tiempo, trabajamos también aumentar la cohesión del grupo, muchos nos conocíamos desde hacía años, pero otros se habían ido sumando, y nos teníamos que conocer, hubiera relaciones más cordiales y precisar más que tipo de vida queríamos tener.
Hemos tenido un boletín mensual, y varias convivencias de fines de semana donde nos conocíamos mejor, las ilusiones, las preocupaciones, los proyectos, las dificultades, ha creado un ambiente bueno en este inicio de la convivencia.
SN: Si alguien quisiera acceder a estos pisos vacíos qué tendría que hacer
AZ: Se tiene que hacer socio de la cooperativa. Todo apartamentos y zonas comunes es propiedad de la Cooperativa, no hay división horizontal. Cada socio tiene derecho al uso de un apartamento individual para él y su pareja; y participar de todos los servicios y zonas comunes. Hay que tener una edad mínima, en torno a los 60 años ya podría venir. Empezamos hablando hace 12 años de 50 a 70 años de edad; lo que pasa, es que, los que estábamos entorno a los 70 ya hemos pasado de los 80, y por tanto se ha ampliado el margen.
Algún socio, que son más jóvenes tienen alguna dificultad para ocupar sus apartamentos. Nosotros queremos que esto sea la primera vivienda, no una segunda vivienda de fin de semana. Y si tienen que estar trabajando es más costoso. Por eso están en espera.
SN: ¿Qué servicios tienen?
AZ: Los servicios comunes son variados. Tenemos el comedor para el mediodía. Esa la hacemos todos juntos. Una cocinera viene a hacer el menú aquí.
La Lavandería, la limpieza de las zonas comunes, y de los apartamentos (una vez a la semana), tenemos un servicio de recepción y de vigilancia por las noches, y tenemos un servicio de un mantenimiento de la instalación y de los jardines. Además tenemos contratado un gerente, por que creemos que es necesario, que haya una persona de fuera para controlarlo.
Están adaptados a las persona con problemas de movilidad. y con la mejor calidad energética posible, tiene una instalación de geotermia de tal manera que el consumo energético en buena medida se obtiene del subsuelo. Y un buen cerramiento para que consumo sea menor.
Queremos resolver nuestros problemas sin dejar demasiados problemas a las generaciones siguientes.
SN: ¿Cuánto cuesta esto?
AZ: Tenemos que pagar una mensualidad. El apartamento ocupado por una persona es 850 euros (habrá que ajustarlo en el futuro) y por una pareja 1050. El coste de la construcción fue de 145.000 por socio.
SN: ¿Desde cuando está viviendo en el edificio?
AZ: Yo estoy desde mayo, se vive bien, no hecho de menos la gran urbe, porque me gusta el campo. Además la instalación nos ha llevado mucho tiempo para corregir los defectos de la construcción.
Además tengo muchas inquietudes, de hacer cosas, y la convivencia es intensa con tertulias, partidas de mus o lo que sea.
SN: Y la relación con los vecinos de Torremocha
AZ: La relación con la gente del pueblo es buena. Nosotros queremos integrarnos lo más posible en el pueblo. Algunos ya nos hemos unido a la asociación de mayores del pueblo (más de 25); ya hemos participado en algunas actividades. Participando en las cosas que ya están en marcha y aportando nuevas experiencias e ideas.

El proyecto, cuya primera piedra se puso el 14 de mayo de 2011, se ubica sobre una parcela de 16000 m2, en la entrada del Municipio con una construcción en torno a 8000 m2, que constará de 54 estudios para la residencia e innumerables zonas comunes para los distintos servicios: lavandería, cocinas, comedores, peluquería, enfermería, aulas, biblioteca, etc.. Por lo que se refiere al exterior, contará con zona de aparcamiento y unos 6000 m2 de zonas verdes. Se trata de un proyecto de edificación con criterios ecológicos y sostenibles, entre otros, energía geotérmica, pero acabados tradicionales.