El sábado, 29 de junio, el Ayuntamiento de Bustarviejo inauguraró las obras de rehabilitación del edificio principal del antiguo Destacamento Penal franquista, en la Dehesa Vieja del municipio. Las obras se iniciaron en el año 2011 gracias a una subvención de 120.000 euros del Ministerio de Cultura al Foro por la Memoria (aprobada por el Congreso de los Diputados en 2010), con las que se consolidaba una fase de estudios preliminares llevados a cabo voluntariamente por un equipo de arqueólogos e historiadores desde el año 2006.
Este penal albergó a cientos de presos, en su mayoría políticos, que construyeron un tramo de nueve kilómetros del ferrocarril Madrid-Burgos (incluyendo dos túneles y un viaducto).
{phocagallery view=category|categoryid=276|limitstart=0|limitcount=0}El acto de inauguración estará presidido por el alcalde, Juan Antonio Sacaluga, y en él intervenieron los historiadores y arqueólogos que han trabajado en el proyecto, Alicia Quintero y Álvaro Falquina, así como dos familiares de los presos, Antonio Sin (cuyo padre estuvo interno, y que recordó las duras condiciones de vida de los presos, y los duros viajes que hacía con su madre, antes de ponerse a vivir en una de las cuevas de los alrededores) y Santiago Martín (cuyos tíos también vivieron las duras condiciones de vida y el desprecio por algunos de los afectos al regimen franquista. Aunque ambos recordaron también a algunos vecinos de Bustarviejo, por el apoyo que les dieron.
Los numerosos asistentes, alguno con la bandera republicana, pudieron realizar una visita guiada por el yacimiento que, además de los barracones en los que dormían los presos y las dependencias de la Policía Armada que los custodiaba, consta de otros lugares de interés como las garitas de vigilancia, cuadras, polvorines y canteras.
Un acto que devolvía la voz a los muros de uno de los nueve destacamentos, pertenecientes al Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo, que se construyeron después de la Guerra Civil, en la zona norte de Madrid, para concluir la línea férrea Madrid-Burgos. Estos destacamentos, no sólo albergaban a presos, en su mayoría políticos, sino que, desde el Régimen se fomentó la instalación de las familias en el entorno de los penales (en este caso en las laderas del monte adyacente) con la doble finalidad de reeducarlos ideológicamente y evitar fugas o conductas rebeldes por parte de los presos.
Con la inauguración de las obras de rehabilitación del Destacamento Penal Franquista, el Ayuntamiento de Bustarviejo (Madrid) ha puesto en valor un centro que estuvo en funcionamiento entre 1944 y 1952 en la Dehesa Vieja del municipio. Durante sus ocho años de existencia este presidio albergó a una media anual de cien presos que construyeron un tramo de nueve kilómetros del ferrocarril Directo Madrid-Burgos. Tras su abandono, el edificio principal se ha utilizado durante décadas como corral. Pero el actual gobierno municipal ha decidido devolver la voz a sus muros y rescatar del olvido este fragmento de la historia reciente de nuestro país, con un proyecto financiado por el Ministerio de Cultura.
La construcción del Directo Madrid-Burgos fue una aspiración estatal desde el año 1864, pero no se iniciaron los trabajos hasta 1926, bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En esta primera fase se construyó el tramo entre Burgos y el viaducto de Taboada, en el término de Gargantilla del Lozoya. En 1939 el régimen franquista decidió reemprender la obra, para lo que instaló nueve destacamentos penales a lo largo del trayecto entre Garganta de los Montes y Chamartín de la Rosa. Estos destacamentos, pertenecientes al Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo, albergaron sobre todo a presos políticos.
El objetivo de este programa era que los reclusos redujeran sus penas a través del trabajo en obras de interés nacional, dando solución al problema que suponía la gran cantidad de población presa existente tras la Guerra Civil y la depuración franquista de posguerra. Por otra parte, el Régimen pretendía incidir sobre la ideología y la conducta de los vencidos, con el fin de reeducarlos para la vida en la Nueva España. En este sentido los destacamentos penales fueron un laboratorio para el ambicioso proyecto de ingeniería social totalitaria franquista.
Pero la represión no se dirigió únicamente a los presos. Desde el Patronato se fomentó la instalación de sus familias en el entorno de los destacamentos y, al tiempo que promovió la reunión familiar, las incluyó en su proyecto de reeducación ideológica. Además, los familiares pasaron a formar parte del propio sistema represivo, pues su presencia en las inmediaciones del penal fue la manera más eficaz de evitar que los presos se fugaran o adoptaran conductas rebeldes. De este modo el régimen franquista se introdujo en lo más profundo de la intimidad de los vencidos.
Trabajos previos
El proyecto municipal de rehabilitación y musealización del Destacamento Penal de Bustarviejo tiene su precedente en las investigaciones voluntarias llevadas a cabo desde el año 2006 por un grupo de arqueólogos e historiadores, que culminaron en la primavera de 2010 con la excavación de tres casas de familiares de presos y parte de la casa del Teniente de la Policía Armada que, a excepción del resto de guardias, residía en las inmediaciones del penal. Esta intervención se concibió como un proyecto de arqueología pública, es decir, que prestó la misma atención a la investigación y a la divulgación de los resultados. Se plantearon numerosas rutas guiadas a las excavaciones así como una jornada de homenaje a las víctimas de la represión franquista, donde los vecinos –muchos de ellos familiares de antiguos presos– y visitantes pudieron participar en la interpretación de los vestigios. La afluencia de público fue en todos los casos muy destacada, poniéndose de manifiesto el interés que actualmente tiene una gran parte de la ciudadanía por conocer la historia y los escenarios de nuestro pasado reciente.
Ahora el Ayuntamiento de Bustarviejo ha recogido el testigo y con este programa de rehabilitación trata de dar respuesta a esta necesidad colectiva, dotando además al municipio de un espacio museístico que impulse el turismo cultural. Asimismo, se recupera este elemento patrimonial para los vecinos de la localidad y la comarca, ya que forma parte de su historia, su memoria y su identidad recientes. Sin embargo, el proyecto no se ha olvidado del entorno donde se ubica el penal: se ha contemplado la edificación de una nueva manga ganadera manteniendo el uso del espacio como dehesa; además incluirá en los paneles explicativos información para la puesta en valor de este paisaje cultural tradicional. De esta forma se trata de educar a los futuros visitantes en la salvaguarda y respeto del importante patrimonio medioambiental que posee Bustarviejo.
Para completar la protección legal del Destacamento Penal y su entorno, el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para que la Comunidad de Madrid conceda la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de este espacio de gran valor histórico, cultural y ecológico.
Este tipo de iniciativas ofrecen una gran oportunidad para dar voz a una parte silenciada de nuestra historia. Parafraseando a Eduardo Galeano: «La memoria [viva] no contempla la historia, sino que invita a hacerla, más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos. Ella, desde el aire, nos respira.»
MÁS INFORMACIÓN
Álvaro Falquina Miembro del equipo de investigación
http://guerraenlauniversidad.blogspot.com.es/
falquina@gmail.com
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