José de Villamisar
desde PEÑALABRA
Estos días se celebró en el Congreso de los Diputados un debate en el que el Presidente del Gobierno explicaba a la Cámara la situación en la que se encuentra el país.
Es tan bochornoso el espectáculo que presentan que de nuevo surge, como un fantasma, la negativa idea que afloró en los tiempos de la dictadura, cuando muchos se avergonzaban de ser españoles. Se avergonzaban, no por España, sino por no querer verse en la misma foto con los que mandan. Lo manchan con su conducta indecente hacia los demás, y lo manchan con su conducta desigual cuando se trata de mirarse a sí mismos.
Desde la llegada de la democracia los españoles, hemos visto y sufrido el peor de los declives económicos, social y político, la crisis financiera hizo desaparecer el crédito a las empresas y a las familias, luego con nuestros impuestos rescatamos a los bancos, después empezó a desmoronarse sectores como el inmobiliario, la obra pública, descenso gigantesco del consumo, etc.
Al mismo tiempo y como consecuencia de ello, empieza a derribarse la sanidad, la educación, el comercio, los servicios sociales, con bajada de salarios, quiebras y cierres de empresas, autónomos, destrucción del sector agrario, el naval, los desahucios, las preferentes, y lo que es peor, millones de parados.
Desde la posguerra, me atrevo a decir que es la mayor tragedia social que se ha visto en España, que millones de personas no puedan ganarse la vida con su trabajo, mayores y jóvenes brillantísimamente preparados que ven que su esfuerzo no ha valido para nada.
A grandes rasgos, este es el panorama que presenta nuestro país; donde antes había trabajo, ahora hay paro, donde antes había negocio, ahora hay quiebras, donde antes había ilusión, ahora hay incertidumbre y desasosiego, donde había honradez ahora hay corrupción….
Y todo ello se lo debemos a los iluminados que nos gobiernan y nos gobernaron, que bien instalados en el PODER se dedicaron a malversar y a robar, mientras nos negaban la profundidad de la crisis, presumiendo de ser la economía más sólida de Europa.
Y así las cosas la corrupción sigue campando a sus anchas, están embarradas todas las Instituciones desde la Corona hasta el más pequeño de los ayuntamientos, en cualquier rincón que se mire aparece fango.
Los partidos políticos, sean de derechas o de izquierdas, los sindicatos, el Poder Judicial, etc. gastándose el dinero público sin control alguno. Para más «inri», cuando cesan en su actividad corruptora se van a la Administración a seguir sus actividades y malversando lo poco que queda, creando empresas que no tienen actividad, pero que les sirven para enchufar a sus familiares y amigos ineptos que inundan las administraciones como asesores o empleados temporales. ¿Hasta cuando?. Hay que reformar de una vez la Administración para terminar con la podredumbre actual y hacer que los responsables paguen penalmente por aprovecharse ilegalmente, urge hacer un reseteo completo de la Administración.
Decía el Presidente del Gobierno en su discurso en el Congreso, que España estaba muy mal, pero que ya » habíamos sacado la cabeza del agua».
Él precisamente, que cada vez se está hundiendo más, no en el agua, sino en el fango, arrastrado por el ahora denostado y antes hombre de confianza, el innombrable Bárcenas. Cada día que pasa, aparece merodeando sobre D. Mariano la sombra de Bárcenas, aquel honorable guardián de las finanzas de su partido, pero desde que el Juez Ruz descubre que tenía muchos millones en Suiza, todos en Génova se ponen nerviosos, y para colmo, el día en que los populares festejaban el «triunfo» del Presidente, como ganador del debate del Estado de la Nación, se filtró a la prensa el blindaje notarial de Bárcenas. ¡Pobre Rajoy!, le tiene cogido por los «cataplines» a él y a todo el partido.
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