El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, visitó los trabajos realizados por la Comunidad con la colaboración de la Obra Social «la Caixa» y la Mancomunidad de Municipios Embalse El Atazar, y participó junto a los alcaldes de estas localidades en una ruta a pie por parte de esta senda.
La Senda del Genaro, una senda circular que bordea la presa de El Atazar y que atraviesa los municipios de El Berrueco, Patones de Arriba, El Atazar, Robledillo de la Jara, Cervera de Buitrago y Puentes Viejas (Manjirón). Se trata de un sendero de gran recorrido que una vez acondicionado va a permitir su uso para la práctica del senderismo, el ciclismo de montaña o la actividad ecuestre. {phocagallery view=category|categoryid=213|limitstart=0|limitcount=0}
«Estos trabajos reflejan el esfuerzo del Gobierno regional por acercar el medio ambiente a los madrileños, de forma que puedan disfrutar de ese patrimonio natural tan valioso que tenemos, y además es reflejo de una voluntad firme por parte de la Comunidad de Madrid de potenciar una forma de ocio verde que se traduce en una actividad dinamizadora para el entorno rural», manifestó Sarasola.
Una senda por etapas
Los trabajos de adecuación de la Senda del Genaro, conocida también como Senda del Agua, han incluido la mejora de los firmes, podas y desbroces y, sobre todo, su señalización, imprescindible para orientar a los usuarios al tratarse de un sendero de gran recorrido. También se ha trabajado en la erradicación de obstáculos, la colocación de portones de delimitación de fincas y de protección de carreteras o la habilitación de las áreas de descanso existentes, que conforman los refugios y que sirven de resguardo a caminantes y ciclistas o para el amarre de los animales.
Se trata de un sendero que tiene un desnivel acumulado de 2.449 metros y el tiempo estimado para recorrerla es de algo más de 21 horas, por lo que está dividida en cinco etapas. Posee importantes valores naturales y etnográficos, entre los que destacan construcciones destinadas a la ganadería (como los llamados tinados, cobertizos de ganado), obras hidráulicas vinculadas al suministro de agua desde la presa de El Atazar, vías pecuarias o paisajes abruptos y de grandes contrastes cromáticos, así como una gran variedad de flora, fauna y rocas.
La senda cruza formaciones vegetales relevantes, como pinares de pino resinero, jarales, quejigares, encinares o sotos fluviales. En el camino, también pueden observarse numerosos fenómenos geológicos, como fallas sinclinales y gran variedad de rocas: pizarras, granitos, gneis, esquistos, cuarcitas, etcétera.
Una forma de hacer la ruta, son con marchas guiadas y acompañadas por burros aptas para toda la familia.
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