Madrugar para dar un paseo es una buena manera de bajar los atracones navideños y poner en cintura la cintura. La escarcha invernal deja los campos bañados de plata y el reflejo del sol recién estrenado esparce colores inverosímiles por las praderas. Las vacas echan humo por sus hocicos y se levanta una niebla digna de cualquier cuento.
El camino que hoy proponemos discurre entre Lozoya y Navarredonda por una pista de fácil acceso que la hace propicia para cualquier tipo de transporte, bien sea caballo bicicleta o las propias piernas.
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